Casi ocho millones de votantes nos han condenado al resto, diecinueve millones, a no tener una razonable libertad de expresión, a que RNE sea el órgano de propaganda del PP, a que en breve se cure y estudie quien tenga suficiente dinero para ello, a que el ministerio del interior persiga a la oposición cual enemigos, en fin y por resumir, a estar gobernados por los nietos de los fascistas franquistas. ¡Disfrute su voto ganador!
¿Cómo llegamos a esta situación? Creo que confluyen tres grandes causas, que causalidad no es casualidad.
- Un pueblo aborregado por los medios de comunicación y poca cultura. La persona debe cultivarse intelectualmente, si no pierde su cualidad humana y deviene en borrego y es evidente que hay unos cuantos millones, la televisión contribuye generosamente a ello.
- Los políticos casi siempre, generalmente, son el reflejo de sus votantes, de ahí el resultado electoral tan apropiado, pues según Cherines fue la gente normal la que hizo ganar al PP, concluyó que la gente normal fue la ganadora.
- Y esta última causa es una casualidad o una sospecha. Es muy sospechoso o casual que ninguna encuesta detectase ni un poquito siquiera, la abstención de un millón de izquierdistas, un yerro de más de 20 escaños, ni atisbado en la encuesta a pie de urna tampoco. Raro, raro, sospechoso, tan mal conocemos el interior del país, de su gente, casualidad o será también causalidad.
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