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lunes, 12 de julio de 2010

La patada holandesa en el pecho

Una patada en el pecho, aún en una final del mundo, es "tarjeta roja", pero el árbitro sabrá, es un profesional. Me extraña que este profesional no haya pensado en la lección que dió a millones de niños que vieron la malintencionada y violenta acción, sin castigo justo. La vida misma nos enseña con el fútbol o éste es la vida misma ¿Qué oscuro y oculto interés le obliga a no sacar la tarjeta roja? Parece que el árbitro está más ocupado en otros intereses que en el propio ¿No debería bastarle y obligarle, la violenta actitud, antideportiva?

A la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) no le interesa la justicia en el arbitraje, porque dinero y medios tiene de sobra para ello, aunque quizás sea muy conveniente que el pueblo se disperse mentalmente comentando la injusticia y así se vaya acostumbrando a ellas, no solo en el fútbol. A ese interés oscuro y oculto le llaman algunos "el espectáculo" que debe continuar a cualquier precio. Para la FIFA y el arbitraje la ética y la cultura quedan en un segundo plano, como en la vida misma. Y ya que sucedió en África, proverbio africano: Para educar a un niño hace falta la tribu entera.

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