La ausencia de educación ciudadana o para la ciudadanía, actúa en contra de nosotros mismos, porque escupir el chicle en la acera y tirar en ella el envoltorio, al tiempo que maltratamos nuestro mobiliario público, da pie al gobierno de turno a crear una empresa de limpieza que pagaremos todos, tiene la disculpa para multar al escupidor (en lugar de educarle) y puede comprar frecuentemente nuevo mobiliario que también pagaremos todos. ¿Por qué no cambiamos de actitud? Será quizás que la cara ignorancia nos lo impide.
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