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sábado, 9 de junio de 2012

Lo que hay que cambiar es el olor de España

Los anuncios de TV siguen proponiéndonos una vida fetén, muy por encima de lo que dice la política económica, pero los anuncios los encargan y pagan los empresarios ¡Hay que cambiar! Oimos cada día varias veces, o sea, hemos de cambiar los televidentes, porque los anunciantes siguen igual, ofertando bienes de consumo y calidad de vida a raudales, todo tiene una explicación y puede ser que los contratantes de anuncios tengan menos ingresos porque la población está empobrecida, pero también tienen menos gastos por la misma razón, no pagan salarios; consecuentemente mantienen su estatus.

¡Señores, atención! El Gobierno nos dice que "quien paga impuestos es gilipollas". No lo dice con estas groseras palabras mías, lo dice creando y publicando el Real Decreto con la Amnistía Fiscal. Total, lo mismo, más finamente.¡Es inadmisible!

El poder judicial está protegiendo a la Gürtel,  lo hizo con Divar, Camps y Costa; persiguió a Garzón a Krahe y ayudó a Manos Limpias Esto no es razonable, ni admisible.

Quieren que nos tragemos que la lucha contra el paro requiere recortes sociales en la enseñanza, la sanidad y en general a toda la clase media y baja ¿Para qué? Si el déficit principal es de la banca privada.

La Iglesia Católica no quiere arrimar el hombro pagando IBI, ni nada ¡Insolidaridad y desamor al projimo! Deberíamos hacer lo mismo con ella ni equis en renta ni donativos, todo directamente a Cáritas u otras ONGs.

Se premia aquellos directivos que hacen quebrar empresas bancarias con millonarias pensiones e indemnizaciones.Y no digo nada de las maravillosas e inútiles obras públicas realizadas.

Un millón de niños españoles está por debajo del umbral de la pobreza y además de malnutridos serán unos ignorantes fácilmente manejables por el oligarca de turno.

Todas las promesas del actual gobierno se van cumpliendo pero exactamente a la inversa. Tendrán contentísimos a sus votantes.

Se desprende de lo antedicho que hay connivencia entre banqueros, políticos y jueces. Y también se desprende que España huele muy mal. Bien, pues hasta que esto no deje de oler mal, no saldremos de la estafa (otros dicen crisis)


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