Equívoco titular: ”Gobernados
por un ladrón” Debería ser: “Gobernados por muchos ladrones”
D. Inaciu, no es
verdad que las reacciones populares (referidas al pueblo no al PP- y critico su
artículo del 04/02/2015 en El Comercio-) fueran diferentes si el ladrón, en
lugar de Villa fuera cualquiera de los PPSOEros (incluido su jefe o líder
político) que robaron como Villa a través de la Gürtel, con sus sobrecitos, su
contabilidad B y como los líderes de la Patronal, alguno en la cárcel, como
espero que le pase a Villa y, así todo, la población “no salió a tomar plazas,
televisiones ni periódicos”, imposible, porque están todos tomados por la
oligarquía, aunque la pasta robada por
unos y otro sea muy desigual. Un millón contra muchísimos millones.
Como usted dice
somos tan pasotas política e intelectualmente hablando, que ni viendo la
ineptitud con el “chapapote gallego” la codicia y latrocinio en la Gürtel, aún
la desidia judicial y otros latrocinios nacionales o actitudes tan torticeras
como la liberación del suelo para desembocar en la burbuja del ladrillo y casi siempre desde el poder que casualmente
está en manos “de los de siempre”: traducción: los ricos, pues, tiene usted
razón, desafortunadamente no se levanta nadie. Esa es la pena, una lástima,
sino otro ”Podemos” cantaría o mejor dicho habría cantado.
Ya no nos levantamos
porque los líderes burgueses y empresarios liberales, no nos los dejan ver el bosque que ocultan los árboles de su latrocinio, de sus beneficios injustificados
e insostenibles, de la utopía inculcada a través del adoctrinamiento educacional,
que proviene de la oligarquía, desde hace tanto tiempo. Por ponerle un ejemplo:
Justifique el principio enseñado en toda universidad de “La empresa debe
perseguir el máximo beneficio” ¿Por qué? ¿A quién beneficia el principio? ¿Al pueblo? No, a cuatro oligarcas exclusivamente.
Otra: ¿Por qué
competir entre trabajadores o entre empresarios en lugar de colaborar? ¿Para
qué? Para fagocitarse unos a otros en lugar de buscar el bien común.
Por qué el dinero,
en lugar de un medio de pago, es un símbolo de poder, más diría, poder en sí mismo, esto
debe ser una perversión del sistema ¿no?. Por qué hay que incrementar
ilimitadamente el consumo y la producción para sostener la economía, actualmente,
capitalista. ¿No tiene fin esa actitud? Finalmente:
Si toda empresa
persigue el máximo beneficio y como consecuencia debemos incrementar
ilimitadamente el consumo y la producción en una tierra finita, limitada. Esto
es una utopía o una perversa maldad ¿verdad?
No fundamente la
perversión en Villa, que sin duda la hay, la importante, que no deja ver su
artículo, es la de la oligarquía, representada en este país por la
derecha gobernante del mismo, sea más preciso y no tan malvadamente localista.
Tomás García
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