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miércoles, 5 de mayo de 2021

Los seres humanos y la naturaleza

Atentamos contra nuestro finito planeta, porque nuestro sistema económico mundial persigue el máximo beneficio empresarial y el incremento de la tasa de capital,  de forma constante y creciente, en ambos casos.

Esta utopía es insostenible, la lógica dicta que no podemos incrementar el beneficio y la mencionada tasa indefinidamente porque la tierra es finita. Es evidente el deterioro del planeta, el cambio climático y el atentado contra nuestra propia salud.

Para llegar a esta tropelía es necesaria una deseducación, un desconocimiento de la vida y la sociedad de la mayoría de la población, en un ámbito pacífico, donde el control del sistema de enseñanza y los medios de comunicación propiedad de la oligarquía procuran este estado de incultura político-social. De otra forma, estaríamos bajo dictaduras de distinto signo, como vemos en algunos países. Además busque donde hay o hubo guerra y hallará un yacimiento de bienes estratégicos o bienes fondo de la naturaleza, porque nunca vi que se bombardease un campo de melones, por ejemplo.

Cuando el centro es el lucro y no las personas ni sus derechos, establecemos una lucha muy desigual, entre perdedores y ganadores, trabajadores y empleadores, precariados y propietarios. Es más fácil practicar los vicios (codicia, avaricia) que las virtudes (generosidad caridad): Competir<->Cooperar. Solidaridad<->Egoismo. Acaparar<->compartir. A la hora de acumular riqueza en pocas manos.

En el S. XX después de la época del bienestar social (1960-1980) posteriormente a cada triunfo electoral de la izquierda y en cualquier país, trajo un golpe de estado, porque el poder real (ganadores, empleadores y propietarios) no permite gobiernos de izquierdas, dejan de ganar más y más.

Cambiar esta situación, es reformar el sistema económico, para ello hay que satisfacer las necesidades humanas, no producir para enriquecerse, redistribuir justamente lo creado, hacer sostenible la producción de bienes y servicios y poner en el centro el común a las personas y sus cuidados.

 Todo esto lo soporta el papel, la realidad mostrará su cara más amarga, con la oposición de los mencionados (ganadores, empleadores y propietarios) que llevan 40 años saqueando el planeta y sus habitantes.

Se plantearán políticas supraestatales para tal fin a través de los acuerdos: de París y  los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y ayudaría mucho que los gobiernos de cada país adoptasen actitudes similares a esos acuerdos, más proclive en gobiernos de izquierdas, a los que habrá que dejar gobernar cuando ganen en las urnas, al igual que la opinión pública va aceptando que las empresas no solo rindan cuentas a sus accionistas, si no a la sociedad en general.

Después de mucha información y datos vamos aceptando como verdades absolutas el cambio climático y el deterioro planetario y así se lo plantean parte de los dirigentes mundiales. La última que se, es que el Gobierno de EEUU quiere liberar las patentes de las vacunas, en contra de la opinión y deseo de las farmacéuticas, un signo más, pero el cambio de sistema político económico es lento, quizás demasiado, veremos.

En Madrid hace unos días hemos comprobado que la educada (políticamente) población madrileña, prefiere "la libertad de ir a tomar cañas" a una sanidad y educación públicas de calidad. Hay que empezar por educar y al mismo tiempo desaprender las consignas neoliberales implementadas 7 lustros seguidos. Para aprender a votar a favor de nosotros mismos.

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