Hay mucho trabajo por hacer en la política de España, esa maldita pobre España, no la de la bandera rojigualda fascista y franquista, sino la otra, la de los trabajadores esos que no crean riqueza, solo la crean los afamados empresarios, creadores y embalsadores de beneficios, más que de riqueza a repartir, pero con propaganda a favor para convencernos de lo contrario.
No hay oposición entre empresarios y trabajadores, porque nos necesitamos, pero también existen y hay que publicitarlas, otras formas empresariales, más sostenibles que la de las empresas de capital. Las cooperativas son mucho más sostenibles, social, económica y ecológicamente. Por tanto, por ahí han de ir los partidos de la izquierda, no dando subvenciones a empresas de capital, si no a las cooperativas y empresas sociales, las que tienen en el foco primordial en las personas y no en los beneficios del accionariado. Eso crea sociedad y riqueza de verdad, no la riqueza especulativa propia de las grandes empresas y bancos.
La mirada al sector agrícola y ganadero, pero a la ganadería extensiva y la agricultura de cercanía, las actividades realmente sostenibles. Al sector comercial del pequeño comercio y no a las grandes superficies que convienen en mantener precios altos oligopólicamente e incrementan la inflación por ello, que consiguen cuando llegan al éxito empresarial, es decir a ganar mucho dinero a costa de todos nosotros, consumidores sumisos, mal informados y adoctrinados.
Cuando el PP presume de atraer a España inversores extranjeros nos vienen a decir, sin que nos demos cuenta, claro, que estos inversores vienen a ganar dinero; por tanto, poco beneficio vamos nosotros a sacar de ello, más bien al revés, ellos de nosotros. La prueba puede verse en los fondos buitre con las viviendas y las residencias de ancianos, por ejemplo.
Además legislativamente, tanto PP, como el P$O€ nos proporcionan gangas como la determinación del precio de la energía, que pagamos al precio de la más cara, o en las aseguradoras, no devolviendo a nadie, salvo que lo aplique a otro, la baja de un coche, por ejemplo. Una legislación que protege a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, antes que a los protegidos o simplemente las permitidas cloacas policiales, el secuestro del poder judicial o simplemente la ventaja que a los poderosos procura la dilación en los procesos judiciales.
Tenemos una mierda de país a mejorar con la política social adecuada. ¡Adelante, hay otra oportunidad!
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