Lo primero y principal, desayunar e ir a misa y si corre mucha prisa, dejar paciendo a Mariano, a Trump pensando su twitter y al parlamento español, pensando en este país, con o sin los catalanes, que en referendum decidan libremente y sin pesares y se jueguen la partida. Si allí lo deciden todos, por la justa mayoría, a todos nos convendría, no llegar a tropelías, ni a otros peores males.
¿Qué tenemos que decir el resto de esta partida? Si no nos quieren pues vale; forzar los amores cuesta, a largo plazo, desplantes, cuando no los malabares de los maltratos, pesares y torticeras maldades.
Todo ello es el justo fruto de la ineptitud de tales: Incompetentes dirigentes, negociadores anormales, que no ceden con disculpa, de sus principios radicales.
En fin, que sufrimos todos la incompetencia vital de los electos políticos por mayoría anormal que con la Ley más malvada, la denominada d´Hondt, nos imponen dos partidos su mayoría antinatural.
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