En los mercados de la energía, el transporte y la alimentación cabe perfectamente la frase de Rato: "Es el mercado, amigo"
En el oligopolio energético que a través de las puertas giratorias se proveyó de una legislación tan favorable, como que se abone al precio de la energía más cara, toda ella. Menudo chollo ¿verdad? "Es el mercado, amigo"
El mismo sistema existe en la producción alimentaria, tanto en la rama humana como en la animal, oligopolios internacionales controlan los suministros y por ende los precios de los productos básicos y se distribuyen a través de otro oligopolio de intermediarios. "Es el mercado, amigo"
Y en el transporte, que fomentó inopinadamente la gran globalización, deslocalizando industrias allá donde la mano de obra era barata y por ahorrar costes empresariales, nos encontramos el desmedido tamaño del transporte en todas sus facetas, que ahora habrá que reconvertir a su tamaño adecuado toda vez que la demanda de éste merma, porque la construcción neoliberal de los últimos 40 años está desmoronándose y el coste de tal reconversión quieren que la paguen los que pagaron la crisis bancaria ¿Me explico?
Tenemos un problema estructural, creado por una economía que no era tal, sino crematística pura y dura. La economía auténtica tiene en el centro y como objetivo el ser humano, no la ganancia empresarial. Ahí está el problema a resolver realmente y al que nadie se enfrenta con decisión.
El Twitt de mi admirado economista: Juan Torres López, muestra la cruda realidad que todos y cada uno de nosotros vemos, pero pocos se atreven a publicar:
Si los empresarios españoles hicieran cuentas y vieran lo que le cuestan los privilegios de los bancos, el poder abusivo de las grandes empresas, la burocracia de la CEOE y las puertas giratorias, en 24 horas hacían una revolución. Pero les roban día a día y no se enteran
Sabemos que tenemos cientos de políticos corruptos y más que no lo son, pero esos corruptos marcan tanto, porque detrás de cada caso y cada uno de ellos, hay una parte de la sociedad, la que más poder tiene, que también está corrompida y como las manzanas podridas en el cesto, pudren las de al lado.
Hay muchos y poderosos empresarios corruptos detrás de aquellos políticos, sobre todo de partidos de la derecha, aunque también los hay en la izquierda, pero menos.
Entonces la corrupción no solo debe atacarse en la política, sino en otros ámbitos tanto o más importantes y de ahí que, ni prensa, ni judicatura, ni nadie, mete la mano al fondo, quizás sea porque las cortan.
Sabemos también que el triunfo del neoliberalismo económico o capitalismo salvaje, que nos lleva gobernando varias décadas, es el MONOPOLIO y a éste se llega compitiendo denodadamente, tal como enseñan en algunas facultades de Ciencias Económicas, que más parecen facultades de Crematística.
En fin, que el triunfo del capitalismo salvaje, hace que triunfe el monopolio o parcialmente el oligopolio y las pymes, autónomos y trabajadores son los perdedores, los que luchan por el último y el penúltimo lugar en la sociedad.
Y aquí en esta lucha del último y el penúltimo los empresarios atentan contra sus trabajadores y no miran arriba: Ni a los costes sociales de las puertas giratorias, ni a la enorme elusión fiscal de las grandes empresas y por ende, bancos. Y por ello pagan, como los trabajadores, muchos más impuestos que los poderosos mencionados.
Así las cosas, las pymes ¿no deberían mirar su estrategia empresarial? Quizás colaborar y apoyar económicamente a la CEOE no les beneficie tanto como creen.
Hay más vías que las conservadoras que predica la CEOE, basada fundamentalmente en el neoliberalismo económico. Existen sistemas económicos ya probados minoritariamente que funcionan éste por ejemplo.
Hay que tener en cuenta que básicamente vivimos de la gente que nos rodea, en primera instancia y fundamentalmente y a los que nos rodean es a los que hay que cuidar, en otro caso solo se subsiste a base de la competición, con el coste que conlleva competir en todo con el vecino y en la competición, en lugar de la colaboración, se desarrolla más fácilmente la enemistad, por no tener en el centro, el objetivo, a las personas, que se sustituyen por el dinero y el poder, que nos acaban corrompiendo y malinterpretando nuestro estatus.
Los empresarios también deben cultivarse social y políticamente, la economía no son matemáticas, aunque éstas sean una fundamental herramienta, al igual que la filosofía y la sociología, para desarrollar una auténtica economía, no crematística pura.
El sector energético está en manos de unas pocas empresas: oligopolio, figura ésta de relativo éxito del capitalismo, porque el monopolio es el éxito último.
Así pues, sin haber llegado al éxito final, y habiendo triunfado relativamente el capitalismo en este sector, perjudica seriamente la economía nacional, porque reduce ostensiblemente las rentas de las pequeñas y medianas empresas y de los trabajadores. Es decir, el éxito del capitalismo conlleva, como no podría ser de otra manera porque fomenta la competitividad, a la destrucción de algunas empresas y de algunos trabajadores, dejaremos fuera las empresas más grandes y fuertes y esos trabajadores directivos, que ganan auténticas burradas defendiendo esta práctica económica que atenta contra la propia sociedad: el capitalismo salvaje o neoliberalismo económico.
Se entiende ya porqué el capitalismo que vivimos es antisocial. Bueno, pues este sistema económico es defendido a capa y espada por la derecha y el centro izquierda de este inculto país, político-socialmente hablando.
El triunfo del capitalismo salvaje y sin control, es el triunfo de ganadores frente a perdedores, crea riqueza para pocos y miseria para la mayoría.
Ésto por tanto, políticamente sería indefendible, si nuestra clase política tuviera un mínimo de ética y decencia y practicase la solidaridad y la colaboración, que son las actitudes precisas socialmente no la competencia y el individualismo, que atentan contra la propia sociedad.
Por lo expuesto es por lo que insisto una y otra vez que la evolución social está íntimamente ligada a la buena educación y cultura razonable.
Esa tenue actitud con el PP, la derecha nacional, y con Vox, los fascistas o ultra derecha, perjudica enormemente los intereses de la sociedad más necesitada, proporcionando alas a la desigualdad, tan nefasta socialmente.
Así, ¿cómo entender un partido socialista, que no quiera subir los impuestos a los más
ricos, teniendo 6 millones de personas en pobreza severa? Esto es de sociópatas, hipócritas y hasta de ... (no sigo que no quiero ir a la cárcel) porque tampoco derogan la "Ley Mordaza" que encarcela raperos (por criticar la corrupta corona) y deja en la calle corruptos políticos y empresarios.
Ese apoyo a la desigualdad no tiene justificación desde la izquierda, ni desde el bien común que dicen defender. Cuando el enemigo está en casa, es muy difícil actuar contra él porque actúas, sin querer, contra ti mismo; este es el problema de Podemos en este Gobierno.
Tampoco entiendo que se apoye con armas la paz ¿No ven que es contradictorio? No se puede atacar con gasolina el fuego, es de lógica.
El interés de esta guerra no se ve tan fácil, está escondido tras las complicadas estrategias geopolíticas y por ende de intereses económicos supranacionales. Basado todo ello en la deseducación popular a nivel mundial. Nos educan para ganar dinero no para ser felices y desde el punto de vista de querer ser todos ricos, no se observa el problema de la guerra de forma racional, éste es el error de base en todo el planeta y además este problema lo fomentan la mayoría de los medios de comunicación que pertenecen, como todos sabemos, a la oligarquía y por ello es sospechoso que esta guerra contenga intereses económicos muy trascendentales para ella (dichosa oligarquía)
Tampoco entiendo que el PSOE defienda la corrupta monarquía española, esto es otra importante manera de deseducar: Si el Rey puede ser un corrupto ¿por qué, yo no? Si él ha de ser ejemplar.
A mayor abundamiento, si el PP gana elecciones dopado, por corrupción institucionalizada y sistémica ¿que pinto yo pagando impuestos religiosamente?
Se da cuenta, estimado lector, que no nos educan para defender el bien común, el de todos, sino para defender los intereses particulares de ciertos oligarcas, aún con guerras injustificadas e irracionales. No solo en Ucrania, que también, en Siria, Yemen, Irán, Afganistán, etc. etc. Por cierto, yo nunca vi bombardear un melonar o campo de melones.
En fin, acabo como siempre apelando a la educación y la cultura que es lo único que nos salvará de la vorágine capitalista y su consecuencia más cercana: querer ser todos ricos; en lugar de felices.
