En los mercados de la energía, el transporte y la alimentación cabe perfectamente la frase de Rato: "Es el mercado, amigo"
En el oligopolio energético que a través de las puertas giratorias se proveyó de una legislación tan favorable, como que se abone al precio de la energía más cara, toda ella. Menudo chollo ¿verdad? "Es el mercado, amigo"El mismo sistema existe en la producción alimentaria, tanto en la rama humana como en la animal, oligopolios internacionales controlan los suministros y por ende los precios de los productos básicos y se distribuyen a través de otro oligopolio de intermediarios. "Es el mercado, amigo"
Y en el transporte, que fomentó inopinadamente la gran globalización, deslocalizando industrias allá donde la mano de obra era barata y por ahorrar costes empresariales, nos encontramos el desmedido tamaño del transporte en todas sus facetas, que ahora habrá que reconvertir a su tamaño adecuado toda vez que la demanda de éste merma, porque la construcción neoliberal de los últimos 40 años está desmoronándose y el coste de tal reconversión quieren que la paguen los que pagaron la crisis bancaria ¿Me explico?
Tenemos un problema estructural, creado por una economía que no era tal, sino crematística pura y dura. La economía auténtica tiene en el centro y como objetivo el ser humano, no la ganancia empresarial. Ahí está el problema a resolver realmente y al que nadie se enfrenta con decisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario