La utopía o proyecto deseable de
difícil realización, es lo que tenemos que perseguir, nosotros seres
imperfectos, para ir en busca de la perfección; aún sabiendo que cada paso que
demos en pos de la utopía, ésta da otro en igual dirección y sentido. Pero es
en fin, esa actitud es la que nos produce
la aptitud, como seres sociales.
Es utópico buscar el
bienestar social, anatesala de la felicidad. Por otra parte la utopía también puede ser el querer ser
todos ricos y admirados. El concepto felicidad antes mencionado no tiene nada que
ver con la posesión de cosas, es el estado de satisfacción espiritual y física.
Las utopías mencionadas ¿Se
oponen? Deberían respetarse porque existe espacio para ello, pero habríamos de
darnos ciertas reglas que permitiesen ambas opciones en libertad.
Los elementos básicos para el
bienestar social, antesala de la felicidad, son la alimentación y la vivienda,
la sanidad, la educación y los cuidados sociales para quienes los precisen,
creo que todo esto puede obtenerse aunque una parte de la sociedad se dedique a
perseguir la riqueza y la admiración de sus congéneres.
La perversión de querer ser rico
es la avaricia, el afán desmedido de riqueza. Cuando cada rico no se conforma
con su capital atesorado y busca más y más invade el derecho de los que buscan
una razonable alimentación, vivienda, sanidad y educación y eso pasa que unas
utopías se oponen a otras y surge el conflicto.
Por otra parte, no veo una
perversión de la felicidad, simétrica a la de la avaricia en la búsqueda de la
riqueza; porque la felicidad contiene “Ubuntu” y éste no
deja una búsqueda desmedida de … nada; porque la felicidad es un estado, no un
cúmulo desmedido de mercancía o bienes.
Por tanto, si la avaricia fuese limitada
se podría convivir, ésta es la única forma de pacificar socialmente.
Consecuentemente se requieren normas que limiten la acumulación de bienes y mercancías y se
respeten los derechos humanos, de ahí la necesidad de las distintas Constituciones
que deberían hacer respetar los elementos básicos del ansiado bienestar, antesala
de la felicidad.