Comienza el nuevo curso con incertidumbre en la economía, consecuencia de las numerosas "deslocalizaciones" empresariales realizadas previamente, para no pagar justos salarios nacionales, provocando paro, desigualdad social y pobreza ciudadana, y procurar con ello un importante incremento de los beneficios empresariales.
Al mismo tiempo se paralizó la industria nacional y de esa forma el bienestar social se vio seriamente perjudicado. La política empresarial no debe desarrollarse en torno exclusivamente a los beneficios empresariales, se ha de tener en cuenta a todas las partes. La riqueza no la crean solo los empresarios, eso es una falacia.
El estancamiento de la actividad en España y en Europa, es el síntoma claro de la globalización y por ende de la huida de la producción a china fundamentalmente, por la razón antes indicada.
Basar la economía nacional en la generación de beneficios empresariales exclusivamente, tal y como hace, hacía y hará el capitalismo imperante, fue, es y seguirá siendo un gran yerro del propio sistema, que se resiste a morir, pero es lo que indica que el cambio llega.
La agresiva política del Banco Central Europeo -BCE- para combatir la inflación, incrementando los tipos de interés, es el apoyo y, por tanto, la prueba de la llegada del negado cambio. Es un impulso al capital especulativo y supranacional, a costa de todos: Pymes, autónomos y trabajadores.
Así no se fortalece la economía nacional, sino la macroeconomía especulativa supranacional.
¿Cómo no va a haber incertidumbre económica? Lo raro sería que no la hubiera.