Democracia directa y soberanía popular de verdad

 Por la misma razón que el Banco Central Europeo mantiene elevados tipos de interés hasta junio, el Gobierno no pregunta, a través del CIS, por la Monarquía española y una profesora de primaria en León pone un video del "Cara al sol" en su clase.

O sea, que cada uno de ellos hace lo que le parece, defendiendo intereses de parte.

¡Ah! pero en Sevilla se hará un referéndum para ver si la Feria de abril dura 7 o 10 días ¡Esto es lo importante! Hay otras cuestiones sociales que no merecen tal atención, pero esta, claro que sí. La figura del referéndum debe usarse para insignificantes cuestiones.

Pensando un poco, se percata uno de la tomadura de pelo de las instituciones: Europeas, Nacionales y Autonómicas y de enseñanza, que tiene más peligro.

Las dudosas decisiones indicadas, demuestran la inexistencia de la soberanía popular que proclama nuestra Constitución y pone en tela de juicio la democracia representativa que vivimos, pervertida claramente esa representación, por los representantes, que obvian a los representados y los programas que presentan, demostrando que finalmente no hacen caso a los representados.

Más participación democrática directa y control sobre los representantes no estaría nada de más. Fomentaría la democracia de verdad.

Incertidumbre económica

   Comienza el nuevo curso con incertidumbre en la economía, consecuencia de las numerosas "deslocalizaciones" empresariales realizadas previamente, para no pagar justos salarios nacionales, provocando paro, desigualdad social y pobreza ciudadana, y procurar con ello un importante incremento de los beneficios empresariales.

   Al mismo tiempo se paralizó la industria nacional y de esa forma el bienestar social se vio seriamente perjudicado. La política empresarial no debe desarrollarse en torno exclusivamente a los beneficios empresariales, se ha de tener en cuenta a todas las partes. La riqueza no la crean solo los empresarios, eso es una falacia.

   El estancamiento de la actividad en España y en Europa, es el síntoma claro de la globalización y por ende de la huida de la producción a china fundamentalmente, por la razón antes indicada.

Basar la economía nacional en la generación de beneficios empresariales exclusivamente, tal y como hace, hacía y hará el capitalismo imperante, fue, es y seguirá siendo un gran yerro del propio sistema, que se resiste a morir, pero es lo que indica que el cambio llega.

La agresiva política del Banco Central Europeo -BCE- para combatir la inflación, incrementando los tipos de interés, es el apoyo y, por tanto, la prueba de la llegada del negado cambio. Es un impulso al capital especulativo y supranacional, a costa de todos: Pymes, autónomos y trabajadores.

Así no se fortalece la economía nacional, sino la macroeconomía especulativa supranacional.

¿Cómo no va a haber incertidumbre económica? Lo raro sería que no la hubiera.