Sabemos que tenemos cientos de políticos corruptos y más que no lo son, pero esos
corruptos marcan tanto, porque detrás de cada caso y cada uno de ellos, hay una parte de la sociedad, la que más poder tiene, que también está corrompida y como las manzanas podridas en el cesto, pudren las de al lado.
Hay muchos y poderosos empresarios corruptos detrás de aquellos políticos, sobre todo de partidos de la derecha, aunque también los hay en la izquierda, pero menos.
Entonces la corrupción no solo debe atacarse en la política, sino en otros ámbitos tanto o más importantes y de ahí que, ni prensa, ni judicatura, ni nadie, mete la mano al fondo, quizás sea porque las cortan.
Sabemos también que el triunfo del neoliberalismo económico o capitalismo salvaje, que nos lleva gobernando varias décadas, es el MONOPOLIO y a éste se llega compitiendo denodadamente, tal como enseñan en algunas facultades de Ciencias Económicas, que más parecen facultades de Crematística.
En fin, que el triunfo del capitalismo salvaje, hace que triunfe el monopolio o parcialmente el oligopolio y las pymes, autónomos y trabajadores son los perdedores, los que luchan por el último y el penúltimo lugar en la sociedad.
Y aquí en esta lucha del último y el penúltimo los empresarios atentan contra sus trabajadores y no miran arriba: Ni a los costes sociales de las puertas giratorias, ni a la enorme elusión fiscal de las grandes empresas y por ende, bancos. Y por ello pagan, como los trabajadores, muchos más impuestos que los poderosos mencionados.
Así las cosas, las pymes ¿no deberían mirar su estrategia empresarial? Quizás colaborar y apoyar económicamente a la CEOE no les beneficie tanto como creen.
Hay más vías que las conservadoras que predica la CEOE, basada fundamentalmente en el neoliberalismo económico. Existen sistemas económicos ya probados minoritariamente que funcionan éste por ejemplo.
Hay que tener en cuenta que básicamente vivimos de la gente que nos rodea, en primera instancia y fundamentalmente y a los que nos rodean es a los que hay que cuidar, en otro caso solo se subsiste a base de la competición, con el coste que conlleva competir en todo con el vecino y en la competición, en lugar de la colaboración, se desarrolla más fácilmente la enemistad, por no tener en el centro, el objetivo, a las personas, que se sustituyen por el dinero y el poder, que nos acaban corrompiendo y malinterpretando nuestro estatus.
Los empresarios también deben cultivarse social y políticamente, la economía no son matemáticas, aunque éstas sean una fundamental herramienta, al igual que la filosofía y la sociología, para desarrollar una auténtica economía, no crematística pura.
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