Las superpuestas crisis económicas y, por ende, sociales, demuestran que el crecimiento ilimitado (que precisan la constante y creciente producción y el incremento del consumo) en los que se basa el sistema capitalista, no es posible; porque habitamos un mundo finito y parece que de esto nos enteramos anteayer.
Consecuentemente se impone un cambio de sistema económico, con inmediatez, porque sino, las superpuestas crisis cada vez serán más fuertes y amplias y acabaremos con el planeta a medio, largo plazo.
Plantear desde un partido político, un cambio de sistema económico y, por tanto, político, sería una necesidad de supervivencia, pero como electoralmente y a corto plazo no es bueno, no se asume el riesgo, nadie pone la primera piedra.
El que la ponga, ganará enorme credibilidad ante la sociedad y de la que los mencionados partidos políticos no anda muy bien.
Quien explique e implemente valientemente esta necesidad, recogerá a través de la mencionada credibilidad el agradecimiento de la sociedad.
Porque hay posibilidad, aún en nuestro estadio, en economía, sobre todo en economía y en política hay que innovar de forma valiente.
¿Quién se atreverá?
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