Sanidad social

 La sanidad, o es pública o no es sanidad social. La Sanidad privada es otro negocio más y las compañías privadas, sanitarias o no, persiguen el máximo beneficio, a costa de lo que sea, porque es su único y principal objetivo, no atienden a los stakeholders, solo a los accionistas y por ello, su vida, como clientes que son, les importa un pijo, sino, porqué no admiten como cliente a un enfermo diagnosticado de cáncer, pues porque no es rentable y punto.

No deben apostar por la sanidad privada ni aunque la recomiende su médico de la seguridad social por lo antedicho. Además de los médicos, como clase profesional, también habría que debatir bastante, porque si miran las peticiones a las facultades de medicina del país sabrán que no todos van vocacionalmente a instarla, muchos van porque se puede ganar mucho dinero, es decir, hay médicos ambiciosos sin vocación profesional, pero con económico interés neoliberal o empresarial, que casi es lo mismo.

En la sanidad pública, se critica la gestión y a veces hay motivo y razón, porque no se prima ni la transparencia ni la democracia real y participativa en los centros sanitarios, si fuera así otro gallo cantaría. Hay que poner en cada uno de ellos, en cada parte de la administración sanitaria: Transparencia económica y de gestión, con participación de todos los componentes de la sanidad: médicos, directivos políticos, enfermos y sus asociaciones, familiares de estos y establecer además controles independientes económicos y de gestión. Se que soy un plomo con esto, pero aplicando la EBC en todo centro sanitario se ganaría en todos estos ámbitos porque la EBC antepone la persona al dinero, la colaboración ante la competitividad y tiene como pilares básicos la dignidad humana, la solidaridad y justicia social, la sostenibilidad medioambiental y la transparencia y la democracia participativa.

Necesitamos tanto los cuidados sociales, tan abandonados últimamente, que no se entiende como la gente pueda dudar de esta necesidad social.