Si paramos el vaivén, llegaría el bienestar

 En España parece que bajará la inflación, crecerá el PIB por encima de la media de Europa y claro, el Banco Central Europeo subirá los tipos, y el resto de instituciones europeas, como el Eurogrupo (Titulares de Economía de los 19) la Comisión Europea, Consejo Europeo, Parlamento Europeo etc.  van a "tirar de la cuerda" que quiere decir que, tanto las ayudas a personas, como la subida de salarios, se acabó.

 Las empresas, sobre todo energéticas, farmacéuticas y alimentarias y en general las grandes, se han forrado con esta pandemia y guerra europea ¡Ah! pero hay que mantener el nivel de ingresos empresarial, porque ya saben, la empresa debe perseguir siempre y por encima de todo: Beneficios, sino el mundo deja de funcionar ¿Y las personas, no? ¿Porqué beneficios empresariales sí y salariales no? Es que acaso, ¿esos beneficios empresariales no va a unas pocas personas? ¡Nos engañan!

Fíjense que cuando la economía (analicen cada crisis habida) hace que la población esté cerca del punto de asfixia "sueltan cuerda" es decir, nos enseñan un poco el estado de bienestar, pero poco y en cuanto nos recuperamos "tiran de la cuerda de nuevo"

Este vaivén a que nos someten representa el control que mantiene la oligarquía sobre la población y el dogal del que tira esa oligarquía es la economía, dirigida por las mencionadas instituciones en el ámbito europeo y sus equivalentes en el nacional, por tanto, por lo políticos que elegimos cada cierto tiempo.

Realmente llaman economía y lo que practican o imponen es crematística, es decir, el interés pecuniario de su negocio, no la administración de la nación o del conjunto de naciones: Europa. Y esta perversión de la economía es que hace que un medio de pago, como es el dinero, sea utilizado como símbolo de riqueza y que la financiación sea un negocio, cuando tenía que ser un medio, igual que el dinero y no un fin, un negocio, un parasitario negocio.

La inteligencia social estaría en acabar con este vaivén, pero para eso hay, no sólo que saber votar, sino controlar ese voto a diario y hacer que la transparencia administrativa sea extrema.

 La maniobrabilidad política de la oligarquía, que se apoya en una pervertida economía que implementan magistralmente ciertos políticos profesionales, dicta la tensión de la cuerda, que nos controla a todos para beneficio de unos pocos.

Estriba el problema en que no vemos "la cuerda" ¡Somos gili...!