Ya no existe la política con mayúsculas

   La política y los políticos se consumen en peleas por el poder, en y desde la superestructura de la organización político-social y los problemas básicos de la democracia, del andar por casa y los sociales y fundamentales para la vida y el bienestar social, se los saltan sin remordimiento ni pudor.

   Eso es hacer política de alto nivel, tan alto, que deja de ser política, ésta se debe hacer para el pueblo, que no ve ni siente nada de lo que hacen ¿Gobiernan para ellos? Pues parece que sí, que así es. 

   Y no lo deberíamos consentir. Además de participar más en los movimientos sociales y exigir la participación directa de cada uno de nosotros en la política, deberíamos aprender a votar a quienes hagan política por y para el pueblo, no para ellos.

   Las disputas entre PP Y PSOE y las refriegas con sus aliados por la derecha e izquierda respectivamente, se lleva todas las energías e intelecto de los políticos y para hacer política de verdad y practicar la democracia, nos pondrán ... pantallas de plasmas o títeres.

   Bueno, realmente ya los tenemos, no necesitamos otros. La mayoría de nuestros políticos, son los títeres que nos lleva poniendo la oligarquía, para que nos entretengamos con sus trifulcas, disputas, insultos y demás zarandajas, cuando no salvajadas, amplificadas por los "medios de desinformación" propiedad de esa oligarquía y así lo nuestro, la democracia, la política de verdad, nunca será atendida y el pueblo despreciado, aunque sea lo importante: La POLÍTICA con mayúsculas. Ésta ya no existe por lo que se ve. Y porque no la exigimos como manda la propia política: Participando activamente en ella.

   Se ocupan desde diferentes ámbitos sociales de hacernos creer que tenemos que dejar la política en manos de profesionales, cuando es todo lo contrario, hay que participar todos en todo, eso es la política. 

Platón decía que desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres. De la misma forma que llamaban idiota a quien centrándose en lo propio, desatendía los asuntos de la comunidad.