El riesgo en que ponemos la democracia viene de no practicarla a diario, de no defenderla o hacerlo mal, al más puro estilo Biden vs Trump.
La izquierda aseméjase a un viejo sin reflejos y gagá, como Biden, contra un delincuente antidemócrata como Trump, la derecha. Es la foto mundial de la democracia.
La democracia debe defenderse desde la juventud, por eso hay que enseñarla, entrenarla y practicarla cada día, sino, se pierde.
Se empieza por quitar la Educación para la Ciudadanía, criticándola de adoctrinamiento, se elimina la filosofía de la enseñanza obligatoria, se impulsa el pin parental y se impulsa económicamente, con dinero público, la enseñanza concertada y privada, se acaba persiguiendo a gays y lesbianas y así gracias a esas políticas de derechas y permitidas por todos, con nuestros votos o abstenciones, tenemos corridos los cimientos de la democracia. Un empujón más de alguno de los imbéciles declarados, pero aclamados en política: Ayuso, Abascal o Feijoo y a la mierda el democrático sistema.
La democracia peligra de no usarla u obviarla y sobre todo de no practicarla día a día, ni enseñarla.
La democracia debería ser más directa y menos representativa, con listas abiertas, no cerradas como ahora y con controles que desde el pueblo y con cierto número de demandantes se puedan controlar las diferentes administraciones públicas. La ley D'hont debería desaparecer de las elecciones y así practicaríamos más la democracia, aunque seguro que también precisamos educación para ello, claro.
En fin, más asambleas y menos elecciones.
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