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viernes, 17 de mayo de 2024

Escuela transformadora (MRP)

   No soy docente ni estudié pedagogía, escribo desde "el menos común de los sentidos"

Independencia necesaria

La escuela pública precisa una independencia de los partidos políticos (gobiernos de turno), similar a la de la judicatura. Y digo esto porque el control del acceso a la escuela pública, de momento, no lo marca tan claramente como el de la judicatura, la economía y la ideología familiar. Así se puede tener una escuela pública diversa, laica, democrática y dirigida, organizada por la vocación educadora de la sociedad.

   Parece ser que se siguen eligiendo los tribunales por sorteo y se corrigen las pruebas de acceso sin ver los apellidos del examinado, para acceder a puestos de maestros y profesores. 

   Esa independencia debería avalarse parlamentariamente por una asignación presupuestaria determinada y suficiente (como mínimo a nivel europeo) que manejasen los propios educadores y avalaría también la necesaria libertad de cátedra.

Para educar al niño se precisa toda la tribu

   Ha de ayudar a la escuela pública, la sociedad en general, es decir, familias, Municipios, Comunidades Autónomas y Administración Pública, porque para educar al niño se necesita toda la tribu.

   De esta forma una serie de problemas que tienen actualmente los alumnos, debidos sobre todo a la desigualdad social, dejarían de existir y el docente no dedicaría tiempo a alumnos con muchos problemas que nada tienen que ver con la enseñanza, aunque tengan muchísimo que ver con la vida, de ahí su dedicación.

Competir implica desigualdad social

   Si analizamos un poco los problemas sociales: sanidad, enseñanza, vivienda y empleo. Devienen todos de la desigualdad social, de que la sociedad está organizada para competir, cuando somos seres eminentemente sociales y por tanto colaborar sería lo suyo. 

   Es sumamente estúpido enseñar a competir a seres sociales que precisan unos de otros. Esto claramente hay que dejar de hacerlo ¡ya! Y ahí está el problema. La desigualdad es el resultado, pero el problema es la codicia, la avaricia, el egoísmo. Defectos que por cierto la religión "perdona" una y otra vez, para otorgar la milonga de ... (ni se sabe) Por eso la escuela ha de ser laica: Las mentiras y las estupideces, fuera.

   Y deviene de esa pregonada y admirada "competición": la organización empresarial, los más competitivos los empresarios. Productores de bienes y servicios y debido a esa injustificada competición, de desigualdad social; porque la remuneración del capital está muy por encima de la del conocimiento y el trabajo.

   Quizás por eso, desde nuestro sistema económico social, quieren educar ahora a todo el mundo para que sea un disciplinado y sumiso trabajador o un emprendedor y ya sabemos que un emprendedor con éxito es un empresario ¿y el resto? No valen, por tanto disciplinados y sumisos trabajadores.

   Con esta tribu el niño va a salir ... como están saliendo.

   Un problema de la enseñanza a resolver de manera inmediata es el que existe en las Facultades de Crematística. Sí, sí, digo bien de crematística, porque qué enseñan en las mal llamadas Facultades de Económicas ¿Economía? No. 

   Pregunte usted a cualquier joven estudiante de Económicas y convendrá conmigo que hay que cambiar el nombre de la Facultad. Se estudia Económicas para dirigir una empresa o para hacerse directamente rico y el acceso a ellas, salvo algún utópico, son hijos de mandos superiores o intermedios y dueños de empresas o simplemente clase media alta.

La Economía del Bien Común, también existe

   Extrapolando las enseñanzas de las Facultades de Crematística al resto de escuelas es como se mantiene un hegemónico sistema económico: El Capitalismo, que es el gran problema y alternativas "haberlas haylas" Por ejemplo: Se busca sistema económico

   La transformación social requiere de una transformadora escuela, pero no puede caminar sola ha de acompañarla el sistema económico y la política.

   A los profesores hay que añadir otros ámbitos de la sociedad que ayuden a educar al niño, para que la tribu sea educada. Porque parece que caminamos desde hace tiempo en sentido contrario. ¡Que desgracia!