Aunque La Razón publicó el asunto con otro titular: Las pymes estallan con un manifiesto durísimo contra el Gobierno y su política "intervencionista y persecutoria" (Lea ahí la noticia) las razones de la protesta: No existen, son políticas y retrógradas o como mínimo injustificadas.
Por la misma infundada razón que el empresariado español protestó, arguyendo pérdidas de puestos de trabajo, por el incremento del SMI, aunque luego se incrementó el empleo, vuelven ahora con idéntica "canción" por la rebaja de la jornada laboral con el mismo salario.
Igual que anteriormente Cepyme muestra un absoluto desinterés tanto por la salud económica de sus trabajadores, como por la física y mental de los mismos, su empatía con una parte primordial en sus empresas: sus trabajadores, es nula. Tiene mucho más interés para ellos un porcentaje de sus sagrados beneficios empresariales, que el bienestar de la sociedad que les rodea.
Antes de organizar una campaña de incremento de la productividad, mediante la aplicación de la novedosa tecnología existente hoy día o una mejor organización interna de la empresa, acuden como primero y principal a un manifiesto quejándose de: "hostigamiento del Gobierno", "tesis comunistas" ... "defensa de la libertad de empresa" y "contra la política persecutoria e incriminatoria contra el empresariado" Esto parece más un discurso de Ayuso, que un manifiesto de una confederación de empresarios.
En Cepyme saben sobradamente que durante los últimos lustros, la remuneración del capital está muy por encima de la remuneración del trabajo, consecuentemente no deberían lloriquear porque su remuneración baje un pequeño porcentaje, por una reducción de jornada a 37 horas semanales. Una bajada de 3 horas en más de 80 años no parece una reducción sino, escasa más bien.
No se va a arriesgar el Gobierno con esta medida, a provocar una brecha en el empleo y por ende en la economía, más bien considera que hay margen suficiente, como lo hubo con el SMI. Demostrado.
Es más, creo que hay margen para otra subida importante del SMI, además de la rebaja de la jornada, porque al incrementar la masa monetaria salarial y el tiempo libre en la población activa, se incrementa la demanda interior, con lo que las pymes son las primeras beneficiadas.
Por otra parte, el empresario no puede tener como único objetivo el beneficio empresarial. Esa no es su función más importante, como se dice en el artículo citado más arriba: "...reclamar nuestro papel protagonista en el crecimiento y el progreso de España, en la generación de innovación y, por supuesto, en la creación de empleo y en el sostenimiento de las políticas de bienestar." el bienestar social se consigue con salarios, más que dignos, suficientes para alcanzarlo.
Si la clase empresarial nacional mayoritaria, sigue con las consignas y actitudes empresariales más retrógradas de Comunidad Europea de la que forman parte, porque disfrutan de una imposición fiscal de las mejores en ese entorno y así todo no son capaces de hacer rentables sus empresas el Gobierno debe fomentar el Cooperativismo, la Economía Social y Solidaria, que también existe y ellos parecen desconocer. Implementar la Economía del Bien Común, que además de sostenible realmente, mira y pone en el centro al ser humano y no el puro beneficio monetario.
Quizás la clase empresarial en lugar de exigir más preparación a sus trabajadores y hacer que hasta la FP y las Universidades se impliquen en resolver sus demandas laborales, debería cultivar la preparación de sus empresarios y cultivarles adecuadamente, hacer que realmente la democracia entre en sus empresas, que el problema no está en la masa trabajadora, sino en la actitud empresarial, que lleva sin evolucionar demasiados años y así no se avanza ni social ni económicamente.
Quizás deban enterarse que ser empresario es distinto de ser negociante, de la misma forma que economía es distinto de crematística, que esta última es la que aplican, olvidando interesadamente la primera y principal que es la que se dedica a la organización y administración de la casa (la empresa, la región, la nación) Y mi último quizás.
Quizás el empresariado debería plantearse buscar un nuevo sistema económico alternativo al caducado, obsoleto y poco constitucional, capitalismo salvaje que parece reclamar Cepyme, cuando usa el discurso de Ayuso ¡¡¡Se busca sistema económico sostenible!!!