La vivienda dejamos que quede en manos de los grandes grupos financieros mundiales BlackRock, por ejemplo y de ahí viene la escasez de vivienda, los pisos turísticos y el resto de problemas habitacionales de la nación. Por una política que solo defiende la ganancia, el beneficio empresarial o personal y abandona el derecho constitucional a la vivienda.
La alimentación depende básicamente del beneficio que vayan sacando los grupos distribuidores de los alimentos a los que acompañan las grandes superficies. A los agricultores y al pequeño comercio, que les den. El cooperativismo, debería integrarse prácticamente como si estuviéramos en la Yugoslavia de Tito.
La producción de energía y el apagón, débense básicamente al beneficio del oligopolio energético y a que Red Eléctrica es privada (80%) y por tanto apoya a dicho oligopolio. El gobierno debe pensar más en el consumidor y menos en las puertas giratorias que ya disfrutaron Aznar y Felipe González, en este sector. ¡Ya basta!
De la enseñanza ya no vamos a decir nada, abandonada en manos de la concertada y por ende del clero, y además ahora fomentando la creación de universidades privadas para que estudie o mejor, para que tenga título, quien tenga suficiente dinero.
Los conciertos sanitarios, como los de educación, serán nuestra perdición como país culto al que deberíamos aspirar y además sin cuidados sanitarios, todo por la perversión capitalista de beneficiar a las empresas privadas con los derechos constitucionales de la población.
En fin, que la propuesta de vida social, no es la adecuada ni la lógica, no se puede basar la sociedad actual y moderna, en la acumulación de dinero y que dicha acumulación sea la que dirija la economía y la política nacional. Porque el dinero es un mero medio de pago no un fin en sí mismo. Tropelía a la que se llega por el capitalismo salvaje que nos habita.
De esta forma, las personas quedamos fuera del interés de la política, porque ésta solo atiende a los beneficios de las empresas, de las grandes empresas, que a las pymes las utiliza el sistema igual que a los autónomos y los trabajadores, como simples herramientas para el beneficio oligarca, de las grandes.
Hay que apearse de la burra y dejar de apoyar a los partidos que solo benefician a esas élites oligarcas que son las que sacan el beneficio a costa de la población trabajadora, donde incluyo, como ya dije, a pymes y a autónomos. ¡Espabilad, coño!
Consecuentemente hay que tomar conciencia de que el caos somos nosotros mismos que aceptados inopinadamente las antedichas tropelías económicas y sociales en nuestro propio perjuicio, por no se sabe que perverso interés personal, porque el interés general va por otro camino, claro.
Hay que dejar de creer las pijadas que los medios llevan años intentando inculcar con bastante éxito por cierto, por eso nos van las cosas cada vez peor.
La alternativa es cambiar el sistemas económico, que se puede: EBC
Menos creer y más pensar.