El blanqueo del fascismo franquista en España, que induce a su auge, podría decirse que proviene de la rancia oligarquía nacional. El malestar que fomentan en una parte de los trabajadores (obreros de derechas) deviene de su actitud educativa e informativa, porque controlan los dos ámbitos.
Es evidente que desde muchos y potentes medios de comunicación se blanqueó y blanquea el rancio fascismo franquista, esto quiere decir, que a la oligarquía español le interesa y lo echa de menos.
Ayudados por unos cuantos bulos y una nefasta por amarilla, actitud informativa de dichos medios, ya tenemos el terreno abonado para que el fascismo vuelva a campar a su aire.
Luego es cuestión de fomentar varios de los defectos humanos que todos tenemos, deseducando convenientemente y ya está preparado el abono del sembrado.
Me refiero a la codicia, la envidia y la avaricia, todas ellas consecuencia de la ausencia de solidaridad y la inapropiada competitividad que se fomentan educativamente, en contra de toda razón, que serían la solidaridad y la cooperación o colaboración sociales. Desgraciadamente la práctica de estas irracionales enseñanzas se impulsa desde muchas escuelas, sibilinamente, claro.
Ahora se puede entender que personas educadas en los mencionados defectos humanos, en el ámbito de una estúpida competitividad, como no podría ser de otra forma, para desarrollarlos interesadamente, se conviertan en monos de pelea del último contra el penúltimo, por las migajas que desgranan una añorante oligarquía española del franquismo.
La lucha entonces, debe plantearse en esos dos ámbitos: informativo y educativo, precisamente donde la eludió, quizás interesadamente, el PSOE sobre todo en sus mayorías absolutas gubernamentales. Un poco de valentía en esos ámbitos producirán un beneficioso efecto democrático que debería llegar a las empresas y aún no lo hizo.
