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viernes, 23 de febrero de 2024

El seguro gratuito de las grandes empresas

 Los rescates bancarios se producen cuando las empresas financieras: bancos, eluden su responsabilidad empresarial.

Esta elusión tiene un tremendo coste que paga el Estado, es decir, el pueblo soberano. Por eso puede afirmarse que, de soberanos tenemos poco, más bien "pagafantas" y salen sumamente favorecidos los banqueros, que tienen un seguro gratuito de responsabilidad empresarial y civil.

Hay que incluir también las empresas que sean grandes como los bancos y que tienen tanto poder económico y político como ellos: las supranacionales, los monopolios u oligopolios nacionales, etc. 

El resto, esa mayoría de empresas que denominamos pymes (menos de 250 trabajadores) estas tienen responsabilidad empresarial y para ellas si existe la suspensión de pagos, el concurso o la quiebra económica, son responsables ante la sociedad y cuando fracasan, aún algunas con ciertas ventajas, sufren las pérdidas en sus bolsillos, no como los bancos, supranacionales y similares.

En fin que ese seguro de responsabilidad de los bancos y similares, tiene prima cero y ahí es donde hay que incidir. En este mundo no se puede estar solo a las maduras, las duras también existen. Porque si no esta situación es rotundamente una estafa, donde los estafados somos la inmensa mayoría de ciudadanos "pagafantas"

Si no se puede demostrar la remuneración del capital porque no hay riesgo, pues debe omitirse tal remuneración lógicamente.

Esa prima de seguro debida, deberían hacerla efectiva los políticos a los que votamos y reclamarla legalmente, como corresponde, pero ... las puertas giratorias y la ley hecha a medida de los bancos lo impliden: poder económico y político.

Los argumentos para ejecutar su cobro podrían ser:

  • En la economía real, la productiva no la especulativa ¿Qué sentido tiene que una empresa acumule dinero como principal objetivo? Debe dedicarse a su fin real, producir bienes o servicios para satisfacer necesidades humanas.
  • Cuando en la empresa decide quien no participa en ella, se produce una pérdida de responsabilidad y escrúpulos, luego no debería remunerarse a quien no esté trabajando en la empresa.
  • Los beneficios empresariales deberían ser solamente para las personas que están implicadas en la empresa, no a los que fundacionalmente o a posteriori, aporten solo dinero (medio de intercambio), por lo anteriormente indicado.
  • No es justo ni productivo acumular dinero especulando en el sector financiero (sin crear riqueza) y así es como se aplican más medios de intercambio (dinero) a las personas que nada producen, a costa de los que si crean riqueza. De esta forma se incrementa la tasa abonada en dividendos o intereses y disminuye lo abonado en salarios, que es lo que nos ha traído a la desigualdad social que sufrimos. Es decir, la remuneración del capital es muy superior a la del trabajo ¿Cómo no va a haber desigualdad, inflación y desorden económico?
  • Esa remuneración excesiva al capital se retroalimenta, de ahí que los ricos cada vez sean más ricos produciendo por contra cada vez más pobres y muy pobres al mismo tiempo.

Es que hemos equivocado el objetivo de las empresas, éstas no se crean para hacerse rico el empresario, sino para fabricar bienes y servicios que satisfagan necesidades humanas. Ahí está la perversión del sistema. Si el objetivo es erróneo todo el camino lo es y las consecuencias las sufre el poco soberano pueblo.

El único objetivo empresarial ético, digno y justo es su aportación, satisfaciendo esas mencionadas necesidades, al bien común.

Las ideas anteriores no atentan contra las pymes, no les afectan de forma trascendental, en cambio mucho a las más grandes y bancos, por eso los políticos no van a aplicarlas nunca ni desde la derecha, por supuesto, ni desde la socialdemocracia, para entendernos PSOE. El resto espero que sí.

Desde la norma se podría regular sin modificar el sistema económico hegemónico, simplemente regulando el reparto entre rentas del capital y salarios.

Si cambiamos el objetivo empresarial (solo beneficios) a satisfacción de necesidades humanas, cambia al mundo. Es evidente que quienes acumulan dinero (medio de pago) se opondrán, pero en los sistemas democráticos esto es evitable a través de la voluntad política.

(Todas estas ideas las saqué del libro Economía del Bien Común de Christian Felber)

 

martes, 26 de diciembre de 2023

Democracia plena o una pena de democracia

 Cuando el sistema económico no está pensado para las personas, es decir, cuando la economía no es tal, es crematística pura y el objetivo es solo pecuniario, pues surgen las perversiones del sistema económico, al abandonar la definición de economía: Administración eficaz y razonable de los bienes y servicios.

Perversiones como considerar el dinero símbolo de riqueza, en lugar de lo que es: un medio de intercambio de bienes y servicios, muy eficaz en cualquier sistema económico.

Por tales perversiones, también se considera negocio el sistema financiero, cuando debería ser otra eficaz herramienta al servicio de la economía, no un negocio en si mismo.

Y como consecuencia social gravísima: La desigualdad. Esta también está avalada por la instalada competitividad en nuestra sociedad. 

Cuando 100 empresas compiten en lugar de colaborar, que es lo que socialmente deberían hacer, resulta que una gana y 99 pierden o en el peor de los casos, se consolida un oligopolio de las triunfadoras. Esta estrategia social y empresarial es un desatino social de primer orden. La malsana competencia y el individualismo que nos enseñan, desde hace 10 lustros más o menos, son socialmente nefastos para el desarrollo de la sociedad avanzada a la que aspiramos.

Aunque también colaboran en la creación de la desigualdad, esos oligopolios nacionales, instalados en las comunicaciones, el sector energía, la banca y la distribución alimentaria entre otros, que además, usan puertas giratorias con los políticos, que casualmente son quienes legislan y aunque incurran en tropelías y corruptelas diversas, se cubren con los masivos aforamientos de que disfrutan en este "demócrata país" lleno de votantes demócratas que votan esos corruptos políticos antes aludidos.

En fin tenemos un déficit económico y político social de primer orden y nos creemos democracia plena. ¡Qué pena de democracia!

domingo, 12 de noviembre de 2023

¡Eh! nos están engañando ¡coño!

Los que acudís a las convocatorias del PP para manifestaros en contra de la amnistía que está por llegar, metéis la pata, os están engañando, al PP la amnistía no le importa nada, le importa lo que a la mayoría del pueblo español, nada de nada. Lo único que le importa realmente al PP es gobernar. ¡Ven! de eso critican a Sánchez, de su propio defecto. Son especialistas en darle la vuelta a su defecto y cargárselo a la contraparte.

El pueblo estamos más preocupados por los ámbitos donde clavan sus dientes las energéticas, los bancos y las grandes empresas de distribución alimentaria. Fíjense que son todos oligopolios, creados bajo la falsa "libertad del mercado". Esa libertad que nos traería, gracias a la competencia entre las empresas, el precio ideal. Pues no, lo que nos traen es oligopolios e inflación.

Pero no se sienta disgustado ni engañado, esa patraña, la llevan vendiendo en todas las escuelas de Económicas desde hace más de 50 años y los licenciados tragando la patraña sin rechistar.

Los no licenciados nos la comemos edulcorada con lo publicado por los pesebreros medios de comunicación, al servicio de dicha oligarquía, medios equivalentes a los profesores que imparten la materia económica en las mencionadas escuelas.

Medios que elogian las políticas de los partidos de derechas que las suscriben sin rechistar. Lo que es lógico hasta cierto punto, dado que cuando defiendes los intereses de unas familias adineradas no puedes hacer realmente política: "el arte de hacer feliz al pueblo". Ellos hacen una denodada defensa de intereses privados a costa de los intereses del resto de la población, muy difícil de justiciar, claro.

En otro orden de asuntos, el gobierno en funciones y posible gobierno futuro, no atiende y por ello no aplica la cuantía presupuestaria suficiente ni de forma eficiente, a nuestro sistema Sanitario Público, también nos engañan.

De ahí que quien tiene medios se va a la sanidad privada, que tiene nicho de mercado por la mencionada desatención de la pública, para no soportar las insoportables listas de espera, que se fomentan desde la función pública, con aquel mencionado y malvado fin, apoyadas por una clase médica egoísta que trabaja a dos bandas, en la pública y en la privada, para enriquecerse a costa del resto, casi como los oligopolios antes mencionados.

Esa clase médica acomodada y de derechas de toda la vida y no me refiero al médico de familia que trabaja atendiendo 70 pacientes diarios de 8 a 3, salvo que tenga clínica privada por la tarde y la recomiende desde su puesto, que es lo que hace la mayoría de los anteriormente mencionados.

Bueno, hoy ya voy a dormir mejor después de echar fuera esta ...

lunes, 29 de agosto de 2022

El cambio: La sostenibilidad

 La banca ya se embolsa más de 1000 millones al año, de los intereses pagados por familias y empresas en esta nueva etapa inflacionista y preludio de la siguiente crisis del sistema capitalista y su actual oligopolio bancario, todo sin haber devuelto casi nada de los 60.000 millones de su rescate en la anterior crisis, desatender al publico más vulnerable y despedir a cientos de empleados, con el cierre de miles de oficinas.

Las compañías energéticas basadas en su oligopolio han ganado millones de euros, cobrando una energía carísima en plena salida de la crisis, a familias y empresas, sobre todo pymes.

Los grupos también oligopólicos, de materias primas alimentarias hacen lo propio y suben los precios

de los alimentos, piensos etc. etc. Es decir, una nueva burbuja creada por un sistema económico, demostrado fallido: el neoliberalismo económico, que de economía tiene poco, más bien se basa en la crematística pura y dura.

La inflación, es una subida generalizada de precios, proviniente de los aludidos sectores oligopólicos y de acciones especulativas de grandes grupos financieros y de una actitud ilógica de incrementar constantemente la producción y por ende el consumo de bienes, sin más razón que la persecución de beneficio empresarial.

La implantación durante tanto tiempo de este sistema económico: Capitalista, fomenta las crisis cíclicas, justifica la existencia de paraísos fiscales y pretende una minoración absoluta de la Administración Pública que molesta a las élites especulativas, grupos financieros y demás beneficiarios del aludido sistema, perjudicando a la población más vulnerable y cada vez más numerosa.

Así las cosas todavía hay personas que no creen en el cambio climático, cambio social y cambio económico. Es decir, en la SOSTENIBILIDAD de nuestra sociedad. Imprescindible para una supervivencia en el tiempo de la humanidad.