La caída de la natalidad y el auge de las residencias de ancianos, hoy día en manos de los fondos buitre, explican porqué hemos llegado a que, el principio y el final de la vida de cada uno de nosotros, no se cuida, no importa, no se tiene en cuenta en la debida forma. Y cuando no importa nuestro principio ni final, el sistema socio económico no está funcionando bien.
Esto es una importe pérdida social, de solidaridad de la comunidad, que no cuidamos el inicio y el fin de la vida de cada uno y todos nosotros. La democracia no nos cuida.
Si en nuestra organización social, el Estado y los poderes que lo componen, desprecian el nacimiento y la muerte, dejamos de ser seres racionales, humanos, para ser ¿mercancía? ¿fuerza de trabajo? ¿Servidores, por no decir esclavos de ...? ¡Cuidado, esto es importante! y no le damos la importancia que tiene.
La caída de la natalidad coincide con la integración de la mujer al mundo laboral. Hecho que no tendría porqué ser consecuencia de tal integración, si ésta se hubiera hecho por el interés de la mujer, pero no creo que haya sido por su interés, sino por interés de los que gobiernan el sistema económico hegemónico, que precisaban mano de obra barata y esa ocurrencia les salvó de la falta de inversión, innovación y por ende, del consecuente incremento de beneficios a que aspiraban y que obtuvieron con tan malvada integración femenina en el ámbito del trabajo, sin utilizar el conocimiento empresarial.
De otra forma, si el sistema político económico se implementase pensando en el pueblo, en la mujer, y su bienestar y no solamente en la ganancia empresarial, la incorporación de la mujer habría supuesto un reparto del trabajo existente y más tiempo para beneficio y cultura de los pueblos. Tanto el hombre como la mujer colaborarían en las tareas domésticas y de los cuidados (hijos y padres) y además sobraría tiempo para la cultura, el arte, la política y en fin la felicidad de todos.
Pero no, socialmente lo importante, y así nos educan desde siempre, es ganar dinero, acumular un medio de pago, en vez de pensar en satisfacer las necesidades de las personas que nos rodean y ser un poco más felices todos, lo cual es posible. La quimera es querer ser todos ricos.
El sistema económico hegemónico, que se enseña en centros de enseñanza y universidades, es la única enseñanza de economía, a lo más que llegan es a contarte que existen tres: El Capitalismo o (eufemísticamente llamado) economía de libre mercado, la economía planificada y la mixta. Siempre se obvia la existencia del cooperativismo (tiene más de 200 años) la Economía Social y hoy día otras formas de economía como la Economía del Bien Común, por ejemplo.
Por otra parte y como decía inicialmente, el propio sistema se apropió de las residencias de ancianos, negocio en auge, gracias a esa mala incorporación de la mitad de la población al ámbito laboral de forma irracional, simplemente porque la economía capitalista no observa el trabajo doméstico como tal. Que habría de ser bien remunerado, porque es imprescindible y puede hacerlo tanto el hombre como la mujer.
La jugada maestra de incorporar de forma indebida a la mujer al mercado laboral, junto con la precariedad salarial a partir de la crisis del 2008, puso al Tecnofeudalismo (Yanis Varoufakis) en bandeja una sociedad a la que explotar haciéndole pagar una renta por vivir.
De hecho comprobamos día a día que se mercadea con los bienes de primera necesidad: Vivienda, Sanidad, Educación, Alimentación. El problema vuelve a ser el sistema económico, que solo persigue la acumulación del medio de pago y usa para ello bienes primarios a costa de la vida, salud y bienestar de personas.
En estas circunstancias, nuestro modo de vida en los últimos 50 años, nos indica que además de abandonar el principio y final de nuestra vida, el tránsito se hace cada vez más precario, tal es así que ya se puede decir que los nietos lo pasarán peor que sus abuelos.
Demuestra lo antedicho que uno de los dueños de "la nube" pueda alquilar una ciudad para celebrar una boda, otro darse un paseo por el espacio, mientras millones de personas sufren hambre, miseria y que a los menos desafortunados, quiera obligar un millonario político, a dedicar un 5% del PIB a armamento en beneficio de las élites que lo fabrican.
En fin, con esta chapuza social, no es de extrañar que el principio, el propio viaje y el final de nuestras vidas, estén abandonados y cada vez sean peores.
La democracia no nos cuida, porque no es compatible son el sistema económico hegemónico, de ahí nuestros problemas sociales y políticos.
Es necesario, un cambio de sistema económico