Salvar la Navidad quiere decir “salvar la economía“, pero disfrazado de hipócrita amor, a costa de la salud, o sea, a costa de otra ola covid 19 en Enero, al igual que salvamos el verano con la ola que ahora padecemos, hasta hacer normal que se estrellen uno o dos aviones a diario.
La afirmación anterior está basada en la experiencia vivida los últimos meses. Y no me pongan de disculpa la economía, porque de la actual economía solo vive bien una minoría. Me refiero a la economía entendida como la vivimos hasta la fecha y desde hace 35 años, cuando Margaret Thatcher y Ronald Reagan comenzaron a hablarnos de libertad de mercado, libertad individual, la persecución del máximo beneficio empresarial como único fin y más adelante de la parcial globalización que ellos llamaban erróneamente globalización sin más
No empezamos a paliar los errores cometidos consecuencia de esa vivida economía durante 7 lustros y no habiendo puesto las bases para ello, porque estamos empeñados en salir de esta crisis por la entrada, vamos con retraso.
Creo que hay que asumir el cambio de actitud ante la crisis, porque nos está avisando varias veces la vida misma y no hacemos caso, hasta que sea muy tarde y cueste mucho más cambiar, porque es incuestionable, hay que cambiar.
En otro caso, salvemos la Navidad y volvamos al principio: volver a empezar.