La competitividad fiscal y el bienestar social

   La competitividad fiscal autonómica, no es una forma de medir el bienestar social, que a la postre es lo que nos interesa a los habitantes en Asturies. Eso sí, indica a los empresarios y ricos del país donde deben ir con sus fondos monetarios y empresas.

   Tendrían que implementar de igual forma un indice del bienestar social para que se pudiera comparar esa competitividad en el bienestar social autonómico.

   Vivimos en sociedad y lo que preocupa a las élites que nos dirigen es la fiscalidad, en lugar del bienestar social. ¿De verdad que lo que preocupa a la gente es esto?

   ¿Usted cuando vota no lo hace pensando en vivir mejor? Yo sí. Y me importa una mierda la fiscalidad si mi calidad de vida aumenta año a año, siempre que dicha fiscalidad no me ahogue, claro.

   De ahí que, por otra parte, deberían publicar el índice de pobreza por autonomía, a ver que relación tiene con ese otro, tan importante para empresarios y adinerados y mucho menos para el resto. Además también habría que medir, porcentualmente, quienes pagan más los ricos o los pobres, porque eso es importante en relación con el bienestar social.

   Como se puede manejar en todo la competitividad, cuando somos seres eminentemente sociales y la cooperación y la colaboración deberían ser lo importante, no la competitividad en nada que no sea el deporte, competitivo de por sí.

   Además esa competitividad fiscal lo único que fomenta es la productividad empresarial y esto conlleva más consumo, en este mundo finito (Más materias primas y más desperdicios) ¿Vamos a seguir compitiendo hasta que acabemos con él?

   Hay que buscar la alternativa al sistema económico.

  

Alternativa a esta mierda de capitalismo destructivo

 La Economía del Bien Común y Sumar, fundamentos para cambiar el sistema

Ya hace tiempo estoy convencido que si seguimos dentro del mismo sistema económico y utilizando los medios que nos dejan las élites (para entretenernos) no saldremos de este bucle socio económico, que atenta contra la naturaleza, la casa, el propio planeta, contra los más débiles; la mayoría de los seres humanos está siendo maltratada y contra la propia economía, porque no se practica tal, sino pura crematística, que difiere mucho de lo que es economía. 

Resumiendo, el actual sistema capitalista es insostenible, social, económica y medioambientalmente, el triple ámbito para acabar con la tierra y sus habitantes. Eso sí, a largo plazo, durará lo que quieran apretar las elites que lo manejan y lógicamente no lo harán caer de inmediato, pero tampoco permitirán acercarse al bienestar social.

Cuando un gobierno quiere, de verdad, atender las necesidades de los más desfavorecidos, empieza por hacer que la fiscalidad sea: Primero, justa, es decir, que pague más quien más tiene y, segundo, eficaz, o sea, luchar contra la elusión, el fraude fiscal y las guaridas fiscales. Esto implica cambiar el sistema

Esta construcción ha de hacerse de abajo a arriba, educando desde un momento dado, sin interrumpir la línea continua del tiempo, pero cambiándole la dirección sin saltos y no deformándola, para que siga igual.

Cuando educando, desde todos los ámbitos, porque ya sabemos que para educar al niño se precisa toda la tribu, se implanten las bases de un alternativo sistema que centre la economía en las personas, es decir, que atienda a la dignidad humana, la solidaridad y la justicia, al medioambiente, mediante la transparencia y la participación democrática (de abajo a arriba) ya estará plantada la semilla, pero aún no nos llegamos a enterar de que esa semilla está sin plantar. ¡He aquí mi disgusto! Aún no nos enteramos que hay que poner esa semilla tan importante y no distraerse en nada más.

Este discurso mío se parece enormemente a la actitud que está tomando actualmente Yolanda, con una escucha para actuar de abajo a arriba con 37 grupos, que componen la asociación Sumar y que aspira a ser un movimiento ciudadano, por esto, no quiero creer que la izquierda lo desestime, sería un yerro y no lo digo por ser de Yolanda, lo digo porque coincide en su fundamento con la Economía del Bien Común de la que sí soy estudiante, porque creo que es una buena alternativa a esta mierda de capitalismo destructivo.