El pueblo soberano solo habla a través de las encuestas. Esas preguntas que hacen a no se quienes, pero que sacan la opinión de todos (no se yo) Y no decimos nada interesante, sólo a quién vamos a votar y cuantos. Claro, no preguntan otra cosa.
Al pueblo soberano, habría que preguntarle directamente; más referendos, sobre todo en los asuntos vitales ¿A quienes no interesa que sea así? Seguramente a los que "cortan el bacalao", al poder económico: ¿la oligarquía quizás?
Los partidos también perdieron esa buena costumbre asamblearia y votación detrás. Hasta Podemos últimamente no la practica, ahora practica, quizás por contagio, la mala costumbre de la casta, que criticaban.
Sumar comenzó escuchando, pero dicen que las circunstancias les obligaron a ... (las cosas van tan deprisa) ... de la derecha no digo nada, porque se rigen por líder y punto: Todos a una.
Cuando falla la costumbre, por la que las decisiones se tomen de abajo a arriba. Es decir, preguntando a las bases e implementando las políticas que avalen el resultado, pues ... la democracia se tambalea.
No hubo un líder político en el país que se haya atenido al programa que él mismo propone -léalo en el enlace y disfrute de un buen artículo-
Así es que votamos, dejando en ridículo las encuestas, y sale un gobierno, que debe ser respaldado por muchos partidos muy dispares y una oposición unida, dos partidos nacidos de uno solo, Alianza Popular y dirigido por dos líderes: Feijoo y Abascal.
Tenemos simple oposición y gobierno complejo, pero esto no es malo de suyo, ya que la vida, la sociedad, es compleja, complejísima, por eso el gobierno nos vendrá como anillo al dedo. Atendiendo por su complejidad a la complejidad social que gobernará.
Es fácil descubrir que PP y Vox sobrevivirán solamente de los errores del complejo gobierno, porque plantear nunca plantean una razonable alternativa económica, ni social, ni medioambiental. Así que su posible gobierno, solo vendrá de un fallo continuado del complejo gobierno. Porque la mayoría está del lado complejo, no del simplista.
También se puede ver, como que el pueblo español eligió, en la última ocasión, cualquier cosa que no fuera derechismo franquista, aunque fuera una compleja y apresurada elección.
Es triste perder unas elecciones, teniendo el mejor presupuesto económico, el apoyo de la oligarquía a la que representan divinamente y la gratuita propaganda de la mayoría de los medios de comunicación, propiedad de aquella. Triste o un poco inútiles.
El desarrollo del programa político complejo, del complejo gobierno, para una compleja sociedad, llena de independentistas, izquierdistas, derechas autonómicas, un tremendo conglomerado que compone la nación española, será difícil, pero a ello vamos y si escuchan al pueblo tendrán una buena pista direccional. ¡Atiendan a la gente de la calle y pregúntenles!
En cambio la oposición es una, grande y libre, vamos que están en su salsa. Así cualquiera y ello no les permitirá proponer ni una razonable alternativa para el pueblo soberano, porque su interés y por tanto su objetivo, es defender los intereses de quienes les pagan: la oligarquía. Así defender los intereses del pueblo es harto difícil.
La política para el pueblo es muy compleja, visto lo visto, reflejo de la compleja sociedad que habitamos, y con simplismos parece que no marcha.
Así que, entre la inteligencia artificial, la libre investigación financiada por las naciones, no por el capital y una atención social de los políticos y sus expertos, apoyándose en la razón y el sentido común: Navegaremos, eso sí, en compañía de una simple y dura, muy dura, oposición. ¡Paciencia y buena travesía!
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