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viernes, 17 de enero de 2025

Crispación en principio, el final ... ¿Tecno-feudalismo o EBC?

 Todos ricos imposible, pero más felices sí

Comienza uno por criticar a Yolanda Díaz (Vicepresidenta del Gobierno) por pedir más tiempo libre para todos, diciendo que así promueve la vagancia colectiva y se continúa haciendo caso al «jarrón chino» Sr. Aznar (Expresidente del Gobierno) en aquello de: «el que pueda hacer que haga«.

Dentro de esa misma línea de actuación, pero un poco más a la derecha, se dan instrucciones para que se ataque verbal y físicamente a todo periodista que no sea de derechas y así se consigue, con tal consigna, crispar la sociedad en que habitamos.

La estrategia de la oligarquía mundial en España se ve claramente en lo dicho y en las actitudes de Vox y PP, fomentando los golpes de toga a izquierda y centro, es decir, a todo lo que se mueva distinto de su ámbito social, para controlar la sociedad sin las urnas, ahí no han tenido mucho éxito y por tanto, hay que intentarlo por cualquier otro medio aún ilegal.

Tienen la cobertura de X.com (Musk) ahora también con Zuckerberg, para en caso de elecciones, echar una mano con la manipulación de la opinión pública.

Todo esto en defensa del obsoleto e injusto sistema económico hegemónico: El Capitalismo Salvaje, basado en la competitividad en todo ámbito y en el individualismo, que nos trajo hasta el Tecno-Feudalismo o feudalismo tecnológico que dominan los mencionados Musk y Zuckerberg y otros, como bien define Varoufakis (escritor y economista griego)

La competitividad y el individualismo, nuestra perdición

Tenemos la competitividad tan arraigada, después de 50 años, de educación y práctica que no vemos más allá de nuestras narices.

Empresarialmente aceptamos la tropelía de que, por ejemplo: 100 empresas en cierto ámbito del mercado compitan entre sí y en esa competición va a ganar una, la mejor la heroica empresa convertida por su triunfo final en monopolio de dicho ámbito mercantil y nadie nos cuenta que las 99 restantes perdieron, desaparecieron, con el coste social que eso tiene ¡Ah! pero ganó la mejor. Ya, ya y los trabajadores y empresarios de las 99 restantes ¿qué? 

Las cooperación y la solidaridad, lo razonable socialmente

No sería realmente razonable y socialmente mucho más agradable, que esas 100 empresas en aquel ámbito mercantil colaborasen entre ellas para prestar el servicio social para el que se constituyen y convivir cooperando, fabricando bienes y prestando los servicios que la sociedad en que habitan precise.

Esto no es una utopía se puede hacer y hay medios y método para ello. En cambio la persecución del máximo beneficio a costa de un incremento ilimitado de la producción, que es lo que impone el salvaje capitalismo que critico, si es una utopía, que vamos a pagar muy cara. Ya empezamos a pagarla.

La estamos pagando medioambientalmente (por ejemplo: DANA) y socialmente (desigualdad enorme y mundial) Estúpidas guerras por asuntos económicos Gaza y Ucrania y la crispación social que hay que medicar cada día para subsistir.

Desegañémonos, a este mundo venimos a ser felices, no ricos. Lo primero es posible mediante el bienestar social y lo segundo tan imposible, como el sistema económico en que habitamos, que es la prueba definitiva de tal imposibilidad.

Finalmente añadir que si la derecha se asalvaja como lo está el sistema económico, la democracia estará en peligro, porque impide llevar al extremo el capitalismo salvaje en que nos quieren enterrar como sociedad. Avisados estamos con el Tecno-feudalismo

Bien es verdad que hay otras vías que explorar como esta que planteo porque me parece la mas acertada Economía del Bien Común, pero se precisa desaprender varios conceptos capitalistas y cambiarlos por otros más sociales (cooperación y solidaridad, dignidad humana, justicia social, sostenibilidad, participación democrática directa y transparencia)

martes, 12 de noviembre de 2024

Un futuro esperanzador o el capitalismo salvaje

   Siguen haciéndonos creer que el mundo debe moverse por el egoísmo personal, o sea por el dinero y la competitividad.

   Cierto periodista del diario El Comercio dice que la autopista del Huerna va a arreglarse enseguida porque es privada.

   Van a decirnos también que la gota fría valenciana no se trató debidamente porque la Administración Pública fue lenta.

   Llegaron más lejos: Mejor sin Administración, o eso insinuaban con las consignas: "El pueblo salva el pueblo" o "todos los políticos son iguales"

   La rapidez en las respuestas a las desgracias ambientales y otras relacionadas tanto con empresas como con Administraciones Públicas, dependerán en gran medida de la eficacia y responsabilidad de las personas al frente de ellas y de los medios de que dispongan, no intervendrá que la propiedad sea pública o privada.

   Hay que ir aceptando que el mundo no se debe mover por el dinero, esa forma de movilidad es una perversión del sistema económico hegemónico y de la organización social consecuencia del mismo.

   El mundo ha de moverse por el bien común, no por el bien de una minoría, por muy rica y poderosa que sea. Esta injusticia no se sostendrá mucho tiempo. Es más, en cuanto el pueblo deje de deseducarse con mentiras, bulos y adoctrinamientos, en cuanto se cultive al ciudadano como tal y no como un trabajador consumidor, el bien común será el motor del mundo.

   Que el dinero o mejor dicho, la acumulación excesiva de éste, para convertir ese poder económico en poder político, social y hasta militar, nos ha traído hasta aquí: desigualdad social, guerras, miseria y hambre para un elevado porcentaje poblacional y más allá, con el impulso de este sistema, el deterioro medioambiental, nos echará del planeta, que ya está avisando descaradamente. Porque ser todos más ricos es imposible, aunque más felices sí, la mercantilización global es un error.

   Una gran parte del mundo vislumbra el final del neoliberalismo económico o capitalismo salvaje que nos acogota, aunque no acabe de llegar la alternativa, porque se está fraguando. Se va comprendiendo la falsedad del crecimiento económico constante y el atentado contra la sociedad de la competencia o competitividad, cuando el ser humano es un ser social y por tanto, cooperador y colaborador nunca competidor.

   Comprenderemos la mayoría finalmente que el dinero es un simple medio de pago y no un fin en si mismo. Una vez desenmascarada esta perversión del sistema, hará caer la financiarización, que parasita la economía productiva, lucrándose de ella  y por tanto, de todos nosotros.

   Dicho de otra forma, dejaremos de llamar economía a la crematística, que practican los mercados financieros.

   Alternativa ya hay, su puesta en marcha es lo que retrasa el abandono del capitalismo salvaje. 

   Primero debe creer en ella la población, pero para eso hay que realizar una tarea pedagógica que como tal es lenta, muy lenta, pero llegará sin duda. Muchos grupos sociales están buscando sistema económico alternativo y además sostenible.

   En otro caso, si no hallamos la alternativa y seguimos sacrificando el medioambiente, este nos echará del planeta, porque acabaremos con las condiciones mínimas de vida humana en él.

martes, 26 de diciembre de 2023

Democracia plena o una pena de democracia

 Cuando el sistema económico no está pensado para las personas, es decir, cuando la economía no es tal, es crematística pura y el objetivo es solo pecuniario, pues surgen las perversiones del sistema económico, al abandonar la definición de economía: Administración eficaz y razonable de los bienes y servicios.

Perversiones como considerar el dinero símbolo de riqueza, en lugar de lo que es: un medio de intercambio de bienes y servicios, muy eficaz en cualquier sistema económico.

Por tales perversiones, también se considera negocio el sistema financiero, cuando debería ser otra eficaz herramienta al servicio de la economía, no un negocio en si mismo.

Y como consecuencia social gravísima: La desigualdad. Esta también está avalada por la instalada competitividad en nuestra sociedad. 

Cuando 100 empresas compiten en lugar de colaborar, que es lo que socialmente deberían hacer, resulta que una gana y 99 pierden o en el peor de los casos, se consolida un oligopolio de las triunfadoras. Esta estrategia social y empresarial es un desatino social de primer orden. La malsana competencia y el individualismo que nos enseñan, desde hace 10 lustros más o menos, son socialmente nefastos para el desarrollo de la sociedad avanzada a la que aspiramos.

Aunque también colaboran en la creación de la desigualdad, esos oligopolios nacionales, instalados en las comunicaciones, el sector energía, la banca y la distribución alimentaria entre otros, que además, usan puertas giratorias con los políticos, que casualmente son quienes legislan y aunque incurran en tropelías y corruptelas diversas, se cubren con los masivos aforamientos de que disfrutan en este "demócrata país" lleno de votantes demócratas que votan esos corruptos políticos antes aludidos.

En fin tenemos un déficit económico y político social de primer orden y nos creemos democracia plena. ¡Qué pena de democracia!

sábado, 17 de septiembre de 2022

Conecta Industria: 2ª Jornada

 Al igual que en la primera, felicitaciones a Conecta Industria por la idea y la implementación de esta segunda jornada titulada: Emprendimiento, inversión e Internacionalización y al igual que en la primera, voy a aportar una visión de un profano espectador, espero y deseo que, con sentido común.

Como no podemos obviar que la empresa está incardinada en la sociedad, me encantó ver y oír a representantes de la Administración y, sobre todo, de la empresa privada, hablar de "cooperación" la antítesis de la encumbrada y elogiada competencia, la tan admirada indebidamente: competitividad empresarial, durante los últimos 5 lustros, que parece que no dio el resultado esperado y, es lógico, porque el éxito de esa competitividad es el oligopolio o en último extremo el monopolio.

Y no dio resultado, porque es antinatural, los seres humanos somos seres eminentemente sociales, por tanto no debemos competir, sino  colaborar, cooperar.

Por otra parte, el deseo de internacionalización de las empresas debe llevar, además de los beneficios para la sociedad donde radique la empresa, beneficio social donde ejerza su actividad, en su área de actuación, cuestión abandonada desde siempre en aras al beneficio empresarial, que fomentó una torticera globalización parcial y esto así no funciona, socialmente hablando, la empresa debe atender a las partes interesadas (stakeholders), a todas, por estar incardinada en la sociedad y a ella se debe o debería deberse ¿no?. Sino, solo está atendiendo a los intereses de sus accionistas y abandonando al resto, a la mayoría, con lo que su sostenibilidad social, brilla por su ausencia y cuando la empresa no es sostenible atenta contra al ámbito donde radica.

La mal entendida globalización, nos perjudicará inflacionariamente, porque para desglobalizarse hay que volver al antes, a lo local, o en todo caso, a lo más cercano.

La globalización que solo atendió a la libre circulación de dinero, mercancías e información, desatendió a la libre circulación de derechos y de las personas que los precisaban y así se obtubo una parcial globalización que benefició a pocos y perjudico a la mayoría. Parcial globalización que ahora habrá que desmontar, un fracaso más del capitalismo.

Ya comenté la internacionalización; el emprendimiento y la inversión son temas también delicados y bien elegidos por Conecta Industria.

La inversión en industria no suele interesar a los grandes grupos financieros porque ganan mucho más en la especulación, de ahí que haya dificultades de inversión, donde realmente se precisa, pero no interesa a los grupos que pueden proporcionarla, porque ellos no persiguen la sostenibilidad, que es en lo que nos va la vida, a todos, a largo plazo, a ellos les importa mucho más el máximo beneficio a corto plazo.

Y, en cuanto al emprendimiento, creo que un emprendedor es un aspirante a empresario o éste en ciernes. Y un empresario es un exitoso emprendedor. Consecuentemente no habrá muchos emprendedores.

Finalmente y aportando algo no escuchado en la jornada, creo que los representantes de la Administración, al menos, deberían haber tenido en cuenta sino a la Economía del Bien Común, que quizás no conozcan, si a la Economía Social, que sí conocen. Porque tienen a ASATA, por ejemplo. Y también se puede conectar industria con estas entidades e ideologías, realmente mucho más sostenibles que únicamente la empresa privada.

 No se puede basar la emprendeduría y creación de empleo solo en el capitalismo, hay ámbitos en los que éste no da buenos resultados, la prueba está en la pandemia sufrida recientemente, por ello hay que acudir a la auténtica innovación, la que nos viene impuesta por la necesidad de sostener a largo plazo nuestro planeta. Esta innovación radicará en implementar un sistema económico que haga sostenible en el tiempo nuestra sociedad y por tanto a las empresas en ellas incardinadas. Ya está demostrado que si marchamos por el mismo camino que venimos recorriendo, no llegaremos muy lejos.

Posibilidades hay y bien probadas, como la indicada EBC. Es una cuestión de voluntad política y actitud social. Esa necesaria actitud de la que hablaba algún ponente que ha de estar en el emprendimiento, avala la necesaria innovación social y empresarial y marca un camino diferente al que nos trajo hasta aquí.

Cambiar el objetivo de producir más para consumir más, para tener más beneficio es un objetivo insostenible. No lo soportará nuestra planeta mucho más tiempo. El objetivo estará más cerca de buscar las necesidades a cubrir socialmente y de forma sostenible. Esto implica un cambio en los medidores del éxito económico. El PIB no mide el bienestar social de una nación, éste lo mide el Producto del Bien Común, el PIB solo mide la riqueza acumulada en un período de tiempo y en una zona determinada, pero no dice como se utiliza y en quién esa riqueza.

Para finalizar la innovación está en la sostenibilidad