Se espera la segunda oleada del coronavirus sin haber aprendido nada del primer ataque. Sin recursos ni planes y sin que las autonomías hayan mejorado lo que hizo la Administracion central inicialmente. El coste del coronavirus va a cargo de quienes no formamos parte ni de los mercados financieros ni de los oligarcas mundiales ni nacionales. Hay que ver de qué forma tan sutil los mencionados mercados financieros y la oligarquía nos pasan la factura al resto: (ver noticia)
Entre otras cosas no aprendimos que trabajar más barato que nuestros vecinos, como siempre exige la patronal, solo les beneficia a ellos, a nuestros vecinos (y a la patronal “secundariamente”) Trabajar más barato nos hace de muy baja calidad y por tanto, prescindibles más fácilmente. Es mejor ser caros y de calidad, tanto en el turismo, como en los sectores agrícola y ganadero, construcción e industria. Pagar por ende salarios, más que dignos, razonables, esto es lo que creará una fuerte economía y una fuerte sociedad.
Por identica razón es erróneo fomentar la entrada de capital extranjero en nuestras empresas, que siempre se quejan algunos de que la no entrada de este capital es signo de debilidad económica, cuando es al revés. Si entra capital “foriatu” es para sacar beneficio, pagando, por ejemplo, salarios miserables y llevando el beneficio fuera de nuestras fronteras. Hay que formar capitales locales y de las Administraciones: local, autonómica o estatal, pero no extranjero. Quizás creer más en el crowdfunding, es decir en la financiación entre todos nosotros y en el cooperativismo, nos ayudaría a salir de este bucle económico. Esto significa más cultura financiera de verdad, es decir, la vuelta a lo que era realmente la bolsa, un lugar donde se utilizaban los recursos del ahorro para la inversión en las empresas, analizando más las cuentas contables de éstas, que los movimientos especulativos de turno, para sacar ganancia del simple movimiento de capitales.
No aprendimos, continuando con el primer párrafo, que las grandes fortunas y empresas supranacionales, deben pagar impuestos de forma razonable, socialmente tenemos que aportar a la sociedad de la que formamos parte de manera proporcional a nuestros ingresos y posesiones.
Agosto atípico, que nos propone más que otra salida de la actual crisis, salir por la entrada, es decir, volver atrás. No aprendimos nada