La hipocresía de las estrellas futboleras, cuando dedican su triunfo a los colores de su último amado club y a la fervorosa masa de seguidores, ambos más simples que el asa de un caldero, es similar a la hipocresía mostrada por los miembros del Banco Central Europeo y de nuestro Gobierno cuando se refieren a la economía europea y nacional.
Los primeros deberían hablar sinceramente de su cuenta corriente y luego de los mencionados amores antedichos.
Los segundos sabemos que todo lo hacen por, respectivamente, Europa y España, pero qué Europa y qué España, también deberían ser sinceros y decir que lo hacen realmente por la oligarquía de una y otra ¿No? Pues a ella benefician, a ella consagran sus decisiones sin pensar en nadie más y a costa de los más débiles, si bien de ella reciben sus silloncitos o tronos, que de todo hay.
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