Los extremos no son buenos, son malos.

La política económica capitalista, llevada al extremo, es decir, al conocido como neoliberalismo económico, es un caos, el principio del fin de capitalismo. Pasa lo mismo con el arte de la venta, que llevado al extremo hará que al vendedor le compren frigoríficos en el polo norte y arena en el desierto, pero ¿Y la propiedad básica de la venta, la satisfacción de las necesidades de ambas partes? Con  el neoliberalismo económico pasa lo mismo únicamente sale beneficiada una parte. La oligarquía.

Hacer, decir. Partidos, perdidos

No tenemos que decir,
porque ya se dijo todo.
Ahora tenemos que hacer,
porque hacer se hizo la nada
y más que nada estaremos,
manga por hombro en el lodo.

Todo podremos tenerlo
consumiendo con desgana
¿lo que nos manda el sistema?
No, lo que nos de la gana.
Es un tema que no agrada
y además nos acribilla,
si consumimos su añada
no beberemos la vida.

Mandados por los partidos
acabaremos rendidos
en los brazos de oligarcas
que más bien son unos carcas
disfrazados de corderos
que con engaños y trampas
siempre nos llevan al huerto,
hacer, ya no hacemos nada.

La enseñanza al garete, a la deriva, al fracaso

  El pilar de la evolución de una sociedad al garete. Ciertamente la involución que está llevando a cabo el PP tendrá unas consecuencias terribles, vea sino:  "Desmantelar la educación pública nos convertirá en un país bananero" y además saben que lo están haciendo mal:  El Gobierno confía en financiar la Ley Wert con fondos europeos

Finalmente, no es adoctrinar que la nota de religión cuente para la media del curso, si es adoctrinar la desaparecida, Educación para la Ciudadanía. En fín, cuanta hipocresía.