La legislación mercantil obliga a los empresarios a depositar la contabilidad de los bienes de sus empresas en el registro al efecto (Registro Mercantil) de esta forma todo el mundo puede conocer cuanto valen los inmuebles, ordenadores, mobiliario, programas informáticos, cuanto dinero tiene la empresa (tesorería) cuanto debe (acreedores) cuanto le deben (deudores) cuanto ganó o perdió en ese ejercicio económico, en fin, todo en cuanto a valor material se refiere.
Pero ni una palabra de la obligación de registro del activo empresarial (en mi opinión) más importante: Los empleados o recursos humanos o trabajadores, obreros, mano de obra o como les quiera llamar. Ni una sola obligación registral.
Cualquiera puede saber en cuanto están valorados los edificios de cualquier sociedad anónima, limitada, etc. Pero no sabrá cuantos del número total de trabajadores está cualificado ni cual es su cualificación. Qué cantidad son mano de obra directa, indirecta, directivos. Nada.
No hay un control registral obligatorio de la calidad ni composición de este activo, sino solamente de su coste y número, peor que si fuera un edificio, porque se considera un gasto, no le dan la cualidad de activo, de inversión.
En la valoración real de una empresa este activo tiene mucho que decir, sobre todo en algún tipo de ellas y se encuentra uno que tiene que llegar a conocerlo mediante detectives. Además sería transcendental conocer este dato para la sociedad en que está incardinada dicha empresa.
Cómo puede ser tan despreciado un valor empresarial, en mi opinión, de primer orden. Será que al empresario no le interesa que se sepa nada de este activo porque es fundamental para su empresa. Será que es tan insignificante para él que ni le importa registrarlo.
Pero, y bajo el punto de vista del trabajador, debería haber interés en poder conocer públicamente la evolución de este activo empresarial, aunque nunca oí a ningún sindicato nada en este sentido. Sería interesante tener estadísticas empresariales de la utilización de este activo, que no gasto.
A nadie del ámbito sindical se le ha ocurrido proponer la modificación de la norma mercantil para que uno de los parámetros de las empresas sea los recursos humanos, que figuren en las memorias de las empresas como un activo más, registrado y controlado, que figuren las categorías profesionales, número de trabajadores en cada una y sus cualificaciones (que pueden no tener que ver con las categorías). Nada, ni palabra. El activo empresarial más importante despreciado hasta por los sindicatos. Es increíble. Con lo interesante que sería tener estadísticas de sus movimientos evoluciones cualidades, etc.
Eso sí, cuando aparece la típica crisis empresarial casi siempre previsible, por un buen empresario o economista y cíclica las más de las veces, el primer activo empresarial que paga el pato es la mano de obra; despidos en masa. No se puede prescindir de otro activo que no sean trabajadores, no tocar edificios, solares, nada. No, porque son mucho más valiosos que prescindir de una parte del activo humano empresarial, porque éste es considerado un gasto. Por esto es que ni se registra. Es el “paganini” del sistema. En los conceptos también hay que luchar.
No obstante sabemos que esta forma habitual de actuar del empresario tiene un elevado coste social, que debería pagarse por otros, no por los de siempre. La responsabilidad social empresarial debe atender los problemas de sus recursos humanos, antes que los ecológicos, por ejemplo. Hay que innovar también en la legislación.
Tomás García Álvarez