Nadie dijo que ser trabajador fuera fácil. En ocasiones las decisiones del empresario te dejan tan en precario, que hasta el techo se te cae y sin techo te has de ver ¿Qué hacer? La familia ha de comer. [(mini-tragedia social) x 2 millones = Super tragedia]
Empresario que dice al trabajador:
No me lo vas a entender, criticar a un empresario porque, el hombre, lo hace bien desempleando a tropel. ¿Qué va a hacer el empresario? Es su trabajo y ha de hacerlo bien, que para eso le pagan, en cambio a ti .... aunque lo hagas muy bien, es igual ... no me lo vas a entender.
Habitamos en sociedad porque es la forma de sobrevivir con un bienestar social humanizado y cuanto más avanzada sea la sociedad más bienestar social existirá. Ésta sociedad está compuesta de empresarios y trabajadores, entre otros miembros. En época de crisis los incomprendidos empresarios deben despedir trabajadores para mantener sus beneficios y crear empleo (paradoja) Bueno, visto lo que hay, la realidad, analicemos el absurdo utópico.
Cada vez que un empresario hace un despido es para salvar otros puestos de trabajo (dicen ellos), porque está establecido que un trabajador no es un activo empresarial, como los ordenadores, el camión o el edificio. Aunque realmente lo sea, le consideran un gasto, algo fácilmente prescindible y reemplazable.
Pero ... ¡vamos a ver! No quedamos en que, vivimos en sociedad para tener un mayor bienestar social. Entonces, una persona de esa avanzada sociedad, sin bienes y que vive de su trabajo, frente a un empresario dueño de su empresa. ¿Haremos que pague la crisis el que menos tiene?
Pues sí. ¿Por qué? Porque sino, nos amenazan con que todos nos vamos a ver en precario, es decir, se fomenta la competitiva envidia, la codicia y por ende la insolidaridad social y se nos transmite el mensaje de que, como no te sometas al sistema establecido y por ende al empresario, te verás despedido, reemplazado.
Un despido tiene un coste social, y ahí está la ventaja empresarial, el coste del despido por ser un coste social, lo pagamos entre todos, trabajadores y empresarios y la venta de un bien empresarial no. Todos sabemos que no existe empresa sin trabajadores, pero éstos son menos considerados que cualquiera de sus activos empresariales y, por ello, despedidos, para mantener el beneficio de la empresa.
Por tanto, ingratos trabajadores, no nos quejemos, solo somos un gasto y por tanto prescindibles, es decir, despedibles, en bien de la comunidad (empresarial, sobre todo -añado yo-)
Toda esta contradicción y absurdo está en el planteamiento social y económico de nuestra global empanada mental de entender la vida y la sociedad en que la desarrollamos.
¡Salud! para soportar la crisis, sino, los pobres empresarios a ver como la superan.
Síntesis: La crisis la paga el que menos tiene, disculpas aparte.