El hombre desde siempre ha sido y será un ser social, es decir, precisa de otros hombres para vivir, tiene que vivir en sociedad. En la organización de esa sociedad se ve su evolución, piense desde el hombre en la edad de piedra, celtas, godos, romanos, la edad media, la revolución industrial y la actualidad. La organización social es síntoma de nuestra evolución.
Hoy día hablaríamos de involución, porque desde hace 30 años, con la aparición del capitalismo salvaje (que pretenden mantener PPSOE, con su bipartidismo) la sociedad ha dado marcha atrás, nunca antes oímos hablar de que nuestros nietos lo pasarán peor que sus abuelos.
Por qué la gente, la sociedad, acepta la acción de gobiernos que ejercen su poder en contra del pueblo que les vota. ¿Dónde está el engaño para que esto suceda?
- En la falta de educación (piense en Wertz) un pueblo inculto es más manejable. Por eso cada vez que gobierna PP o PSOE: cambio del planes de estudio, sin dejar que los auténticos conocedores, los enseñantes, los profesores, los sabios (que alguno hay), puedan decir nada.
- Fomentando los defectos humanos como la codicia, la envidia, mediante la publicidad masiva para el incremento irracional del consumo, que precisan las grandes empresas y con la base de la mala o inexistente educación: Tiene usted que tener un coche mejor que el del vecino, una casa más grande y su hijo debe ser el primero de la clase a costa de los que sea ¡que estupidez!
- Fomentando la competencia entre nosotros; si somos seres sociales, como vamos a competir en lugar de colaborar. Pues esta estúpida y utópica idea a base de repetirla, controlando los medios de comunicación social, se implanta en los cerebros, previamente maleducados.
- Fomentando el individualismo, con la estúpida idea de la libertad individual. Cómo se explica la libertad individual, si la libertad solo se entiende y da en sociedad y termina donde empieza la del vecino. Es como un globo atado a tierra, cuando se rompe la cuerda comienza el libertinaje y se acaba la libertad, las normas que son la cuerda le dan su ser. Nosotros seres sociales debemos ser solidarios, ni competitivos ni individualistas.
- El control de los medios de comunicación. Dígame, amable lector, un medio en la prensa escrita, que no controle la oligarquía, de otra manera, los esbirros de ésta: PPSOE. Queda alguno por internet y sin casi apoyo social, nuestro del pueblo llano.
- Las mentiras del capitalismo: El dinero es poder (el dinero es un medio de pago), la empresa debe perseguir como primordial fin el máximo beneficio (Para ello debe pagar el menor salario y cobrar lo máximo por sus bienes o servicios), la libertad del mercado, es decir, sin control, se regula solo (Dando lugar a monopolios y controles del mercado irracionales, por encima de los gobiernos nacionales). ¿No se da usted cuenta que la Teoría Económica no ha evolucionado nada en los últimos 80 años? Piense en la evolución de cualquier otra materia: medicina, química, matemáticas, física, etc. etc. Luego en las facultades de económicas se adoctrina, no se enseña. Cómo no se habla más de cooperativismo, con el ejemplo que tenemos en Mondragón.
- La permitida corrupción y fraude fiscal. Piense en los paraísos fiscales, ¿quién los permite? y si es usted autónomo, comprenderá que si aplican el control que usted sufre al IBEX 35 la recaudación sería infinitamente más grande. De la corrupción no digo nada, para qué. Luego, son permitidos ambos robos sociales.
- El fútbol paradigma de la injusta competitividad, ejemplo para la sociedad (que el presupuesto del Sporting, tenga que competir con el del Madrid o Barça, clama al cielo) que es el reflejo de la vida que nos imponen los oligarcas, además de distraernos de nuestro endémico estado. Competencia injusta: ¿Cómo competirá una persona que solo tenga un euro, con el que tiene cien mil? Justo verdad, como el Sporting frente al Madrid
- El conservadurismo, que es esa sensación insolidaria e individualista basada en la envidia, que nos hace pensar: si yo sigo aún en esta mierda, mejor que el vecino, que no cambie nada.
- Y en alguna gente de mi edad el miedo al diablo comunista, que tiene cuernos y rabo, fomentado por aquellas famosas conflagraciones judeo-masónicas del franquismo.
Con este batiburrillo de torticeras consignas nos gobiernan en contra de nosotros mismos, con la inestimable ayuda de ciertos periodistas y deseducadores profesionales y además nos explotan como a estultos incultos, en lugar de enseñarnos a perseguir la felicidad, que para eso estamos en este mundo, no para ser más ricos, sino más felices