Sánchez tiene una buena estrategia política para defenderse de la política que hace su oposición, la derecha, que resulta efectiva tal como vemos en los últimos años, que sin mayoría, los mantiene en la oposición y, además, eso les saca de quicio.
Pero esa política de Salón y Parlamento no tiene nada que ver con la que demanda la población realmente socialdemócrata y a la izquierda de la socialdemocracia.
La política que no practica, la política de verdad, la que demanda la población, requiere más democracia y ésta no abunda en los partidos. En ninguno diría yo arriesgando, en casi ninguno.
Si los partidos internamente no utilizan la democracia, como la vamos a palpar el pueblo en la calle, en la política de ayuntamiento que es la Administración Pública más cercana al ciudadano.
Así están abandonadas las políticas relacionadas con la educación, la sanidad y la vivienda, sobre todo esta última. En fin, todo lo que se relacione con el bienestar de la población, está en segundo término como poco.
Estando demasiado cerca del neoliberalismo económico, la democracia enmohece. Este sistema no permite la igualdad, porque fomenta la riqueza desmesurada, que la impide.
Aunque el Sr. Presidente del Gobierno no lo quiera reconocer, ese neoliberalismo que pretende ocultar, lo llevaba ya en su Peugeot, cuando recuperó, desde la base, la secretaría del partido, ahora ya será consciente seguro.
Quizás el tiempo de reflexión que desperdició en su día, ahora no vendría mal para reflexionar debidamente sobre la política de verdad, la democracia en el partido y la sociedad.
Me fijo en los planteamientos de la oposición que únicamente se dedican a perseguir, por cualquier medio a su alcance, el poder. Sin preocuparle 7291 ancianos abandonados hospitalariamente, más de 200 ahogados o unos pocos muertos por el fuego. Abandonando la atención sanitaria a las mujeres y a cualquiera que la necesite, porque lo que se trata es de ganar dinero con la enfermedad de la población. Atacando, sin razón, a la familia de Sánchez mediante la parte más presuntamente corrupta de la judicatura o desde las grandes corporaciones y medios de comunicación a los que se les ve el plumero desde hace demasiado tiempo.
Claro ante esta actitud es fácil hacer oposición. Es decir, te la hace el pueblo, que es el que finalmente está atacado por las políticas neoliberales que realmente y ya lo vamos viendo claramente, matan.
No se dará cuenta el Sr. Presidente, Sánchez y una parte del PSOE, que es hora de comenzar a pelear, no con el PP, que eso ya lo han hecho de sobra. Sino a plantear una política económica y organización administrativa ALTERNATIVA.
Abandonen ya el obsoleto capitalismo y más el neoliberalismo y abran otra vía político económica, que las hay y más de una.
Hay donde elegir, pero aléjense del capitalismo salvaje y obsoleto que acabará, si lo dejan, con esta sociedad.
Las alternativas no son los parches dentro del capitalismo que nos están presentando como: Economía Azul, Verde o Circular, porque ninguna de ellas pone barrera alguna contra el capitalismo, se desarrollan dentro de él y por tanto, no sirven de nada o de muy poco. Provocan en todo caso, una agonía más lenta.
Hay que ir un poco más allá, seguro que hay más, yo conozco la Economía Social y Solidaria, el Cooperativismo (que tiene más de 200 años) y la (EBC) Economía del Bien Común que se caracterizan porque anteponen las personas al beneficio empresarial, enfrentando el obsoleto y devastador capitalismo, anteponen la cooperación y la colaboración, frente a la competición, la solidaridad frente al individualismo, fomentan el bien común frente al beneficio empresarial y la codicia, fomentando lo público frente a lo privado y la democracia frente a la dictadura.
Vamos que no hay color, porque simplemente practican economía de verdad y no la crematística que desde hace muchos lustros impone el neoliberalismo económico.
ALTERNATIVAS que están probadas y nos rodean desde hace tiempo, solo hay que difundirlas e implementarlas.

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