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miércoles, 13 de septiembre de 2023

ConservaDurísimo

   Aún hay personas que quieren que sea normal el beso de Rubiales a su subordinada, o que no sea denunciable que un ... (ponga usted aquí lo que quiera)... le toque el culo a una mujer cuando está trabajando y yendo más allá, que un expresidente del gobierno, un jarrón chino típico, llame a un "alzamiento social" contra una supuesta amnistía que no se dio todavía, por un riesgo para la continuidad de España como nación: Vamos que en Cataluña también hay armas de destrucción masiva.

   Todo esto aliñado convenientemente con jueces que siguen interpretando torticeramente la aplicación de las penas en relación a la ley del "solo sí es sí", haciéndonos a todos más fácil la comprensión del secuestro del CGPJ (Consejo General del poder Judicial) por parte del PP y la incomprensible defensa que practican, de intereses privados a través de los partidos de la derecha y por encima de la política y del soberano pueblo, que así no es tal.

   Además, parte de los jueces, policía y ejercito, a los que sobramos veinte millones o más de españoles y a los que la democracia les estorba cada día más y la atacan bajo el paraguas político del PP y Vox, que son lo mismo; ambos producto del rancio franquismo, que se autodenominan, para confundir más, como centro derecha.

   Con todas estas fotografías del actual estado del Estado Español, no es difícil relacionarlas todas bajo el incomparable marco de la incultura popular o estulticia generalizada, promovida y protegida por una élite social, que quiere seguir dando besos, tocando culos y devolviéndonos al "atado y bien atado estado franquista"

   Es el conservadurismo al más típico estilo español, muy español y mucho español.

Pues esta no es la ruta aceptable, ni razonable, pero en esa dirección nos llevaría un gobierno presidido por el partido más votado en esta rara España, que vivimos, que utiliza muchos tontos útiles: un ejemplo

viernes, 27 de marzo de 2015

La abstención, producto de la incultura

El 49 % de los andaluces consideran que "alguien" debe representarles y defender sus derechos ciudadanos o arreglarles, cuidar su porvenir, pero no dicen quien es "alguien", porque no votaron, ni siquiera en blanco ni voto nulo, nada. No se acercaron por las urnas ¿Para qué? dicen la mayoría de ellos.

Puede uno pensar que es vagancia o que simplemente les da igual. Les da igual que la "ley mordaza" persiga a quien protesta, aunque la protesta sea justa. Es razonable ¿qué les importa a ellos que ni se molestaron en votar? Otro gallo cantará cuando no les permitan expresarse, porque ya persiguen a los periodistas que notician cuestiones no interesantes para el gobierno, pero de momento, no se enteran y no les llega la represión, pero les llegará y reaccionarán tarde.

Este tipo de no-votante, debe ser el germen sembrado de nuestra generación, los que tenemos 60 años, más o menos, que protegimos al heredero de tal manera que ahora hemos hecho un "no votante" al que hay que darle de comer, sin que de un palo al agua.

Este pasota de las urnas con su actitud beneficia, a causa de la ley D'Hondt, a los dos grandes partidos:  PPSOE, al menos hasta que el resto los quiten o desaparezcan los susodichos a causa de la corrupción que practican en más o menos medida cada uno de ellos.

Si el 50 % aproximadamente de la población no vota, esto indica que no tiene necesidad de representación, ni le importa quien gobierne y esto no puede ser producto de una razonada decisión, de una pensada actitud. No, es producto de la INCULTURA que padece endémicamente la nación y esta endemia es consecuencia de la mala praxis del sistema de enseñanza nacional y de la deseducación recibida a través de los medios de comunicación (TV, prensa, radio, controlados casi todos por un par de familias poderosas) que influyen principalmente en todas las proletarias familias españolas, pues los tenemos todos en casa y a todas horas.

Influye también de forma importante la precariedad laboral, que limita el tiempo a dedicar al cultural cultivo personal, es decir, primero hay que tener lleno el estómago y cubiertas las necesidades básicas, para luego llenar la mente de ideas adecuadas, razonables y socialmente buenas, o sea, cultura, sana cultura.

Pero cuando solo nos enseñan a querer ser rico o como mínimo más rico que el vecino, incentivando de paso la envidia y a que tus vacaciones sean las mas lejanas del barrio y tu coche el más potente, la cosa va de competitividad y nada de solidaridad, que conlleva al individualismo y a la formación de una sociedad competitiva entre nosotros, sus componentes, que deberíamos colaborar y cooperar para, siendo más solidarios, aumentar nuestro nivel de bienestar social, por contra, conseguimos, recortes en sanidad y en la imprescindible educación, que nos haría evolucionar favorablemente como sociedad culta.

Este tipo de incultura incardinada en la sociedad, hace que no progresemos, que cada uno piense en dar un pelotazo y esto siempre es a costa de tus vecinos. La insolidaridad conseguida a través de la deseducación institucional.

Si somos un ser social, debemos participar activamente y coherentemente en la construcción social, como mínimo votando en blanco.