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lunes, 31 de agosto de 2020

La casa por el tejado

Escribo esto después de leer el artículo de igual título, de D. Inaciu Iglesias, Empresario al que sinceramente admiro, porque creo que es un empresario de verdad, no un negociante, que no es lo mismo.

En la reconstrucción de la economía (autonómica o nacional) lo primero son las PERSONAS no las empresas, sin personas no hay ni empresas, ni trabajadores para ellas, ni consumidores para los productos que fabrican.

Por eso, si de verdad pensamos en las personas…” pensemos en las personas, no en las empresas.

La reconstrucción de la ECONOMÍA es reconstruir la dirección o administración del país, o autonomía, es tarea de todos y el elemento primordial son las personas de ese país o autonomía. Nada que ver con la CREMATÍSTICA, para el fomento de ésta, si precisaríamos como primordial ayuda a la empresa y no a las personas. Pero no hablamos de esto ¿o si? Porque entonces, hay que cambiar las premisas o axiomas de los que partimos.

Una base sólida para reconstruir la economía es tener una sociedad sólida, educada, no formada solo para trabajar, sino educada para vivir y eso no se consigue sino fomentando la ayuda a las personas, es decir en sus necesidades básicas: salud, sanidad, educación, vivienda, en fín, el bienestar social, sociedad avanzada o desarrollada.

Esto se paga creando esa sólida y educada sociedad. La acumulación de dinero, que es un medio de pago, no hace rico a un país, sino al que lo acumula para ejercer otro tipo de poderes que no da el papel moneda.

Y los impuestos en España provienen básicamente de las personas no de las empresas (1), si los salarios españoles, con la tributación actual, fueran como los suizos por ejemplo, sobrarían recursos para todo.

Tiene usted, D. Inaciu, toda la razón cuando dice: “Llevamos demasiados años asumiendo resignados un sistema político económicamente débil, deficitario y con desempleo. Y con contratos muy precarios. Y con salarios muy bajos. Y con muy poco futuro. Y, por lo tanto, con demasiados trabajadores condenados a aceptar lo que les toca porque no hay alternativas; no hay más ofertas: no hay otros empleos donde escoger

Podemos empezar asumiendo que incrementando nuestros gastos, como ha hecho la tercera potencia mundial y país más endeudado del mundo (Japón), se puede inicar esa sociedad más sólida y educada, pilar de la sólida economía

Se puede “… sangrar a los ricos es un acto igualador de justicia social: una purga progresista; un jarabe democrático.” Porque algunos de los más ricos lo están pidiendo por escrito.

Claro que se es más sostenible con impuestos progresivos, en función de la ganancia de cada uno y sin resquicios o lagunas legales, para que los más ricos no tributen o lo hagan menos, ejemplos: Montoro y el Ibex 35 tributa al 7 %; Gay de Lievana y la imagen de España y la educación y la crematística;

(1) Aunque el enlace no es de fiar porque lo creé yo, échele un ojo

 

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