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martes, 8 de agosto de 2023

Innovación, supervivencia y economía social en la Fidma 2023

 Acudí como desde hace algunos años, a las jornadas que programa Conecta Industria, en la Fidma y este año el segundo que se habla de sostenibilidad, estuvo muy variado y completo.

Sigo pensando como el año pasado, que ya criticaba la parcial atención a la sostenibilidad, no tratando debidamente el apartado social de la misma, solo se atienen a lo que más interesa a las empresas, el ámbito económico, que implica enriquecimiento y quizás por su exceso desigualdad social; nos pierde el egoísmo y la codicia, defectos, por otra parte muy humanos. ¿Nos pasará como con la globalización? Que solo atendió la circulación de dinero, mercancías e información, pero desatendió la circulación de personas y sus derechos.

El ámbito del medioambiente ya se entiende imprescindible, por pura supervivencia, por la pérdida que supone para todos y se atiende mejor que el social, que aún no cuaja en los empresarios. No es de extrañar, educados en el neoliberalismo de los últimos 40 años, deja demasiada huella, pero como con la de carbono, habrá que deshacerse de ella.

El crecimiento de la Economía Social, que también palpé en la Fidma, me alegró mucho al poder festejar el 40 aniversario de ASATA, porque saber que Asturies contempla la economía del futuro es alentador y me refiero a la Economía Social como la del futuro, porque la insostenibilidad del capitalismo está quedando demasiado clara. 

Tanto es así que en la jornada siguiente de Innovación y Sostenibilidad, se mencionó más de una vez la colaboración entre empresas competidoras, lo que atenta contra el principio neoliberal del libre mercado: el individualismo competitivo y, como fin, el fracaso social del oligopolio y su triunfo máximo, de esta teoría económica: el monopolio.

Como se dijo en más de una ocasión, estamos en otra revolución industrial, pero yo voy más allá. Esta evolución es más social que industrial, porque gracias a la sostenibilidad nos obligará a todos no solo a las empresas y, además, debemos exigir ser todos, porque si no, solo serán unos pocos a costa del resto. 

La lucha contra la desigualdad debe nacer de la población que la sufre, con la ayuda de la política auténtica, digo auténtica, porque la que defiende intereses privados no es política. Así es imprescindible la presencia de la Economía social, pero ¿cuál?

Yo ya elegí una, aunque en todas las reuniones y en estas también, solo se oye hablar de Economía Circular, que me parece muy bien, pero no supone un sistema suficiente para la transformación social necesaria, para salir del caos ecológico que padecemos, de la desigualdad social que sufrimos, en fin, del sistema económico en que habitamos incómodamente.

La Economía del Bien Común, de la que deberíamos saber mucho más, es más transformadora y, en mi opinión, la única que nos sacaría de esta crisis sistémica que padecemos desde hace demasiados lustros. 

Finalmente y como anécdota, que quizás no solo yo detecté y no puedo callar (sino la vomitaría) fue ver una compañía eléctrica en la reunión hablando de sostenibilidad sabiendo que el sistema de determinación de precios de la energía, es ... muy difícil de explicar sosteniblemente.

 

sábado, 17 de septiembre de 2022

Conecta Industria: 2ª Jornada

 Al igual que en la primera, felicitaciones a Conecta Industria por la idea y la implementación de esta segunda jornada titulada: Emprendimiento, inversión e Internacionalización y al igual que en la primera, voy a aportar una visión de un profano espectador, espero y deseo que, con sentido común.

Como no podemos obviar que la empresa está incardinada en la sociedad, me encantó ver y oír a representantes de la Administración y, sobre todo, de la empresa privada, hablar de "cooperación" la antítesis de la encumbrada y elogiada competencia, la tan admirada indebidamente: competitividad empresarial, durante los últimos 5 lustros, que parece que no dio el resultado esperado y, es lógico, porque el éxito de esa competitividad es el oligopolio o en último extremo el monopolio.

Y no dio resultado, porque es antinatural, los seres humanos somos seres eminentemente sociales, por tanto no debemos competir, sino  colaborar, cooperar.

Por otra parte, el deseo de internacionalización de las empresas debe llevar, además de los beneficios para la sociedad donde radique la empresa, beneficio social donde ejerza su actividad, en su área de actuación, cuestión abandonada desde siempre en aras al beneficio empresarial, que fomentó una torticera globalización parcial y esto así no funciona, socialmente hablando, la empresa debe atender a las partes interesadas (stakeholders), a todas, por estar incardinada en la sociedad y a ella se debe o debería deberse ¿no?. Sino, solo está atendiendo a los intereses de sus accionistas y abandonando al resto, a la mayoría, con lo que su sostenibilidad social, brilla por su ausencia y cuando la empresa no es sostenible atenta contra al ámbito donde radica.

La mal entendida globalización, nos perjudicará inflacionariamente, porque para desglobalizarse hay que volver al antes, a lo local, o en todo caso, a lo más cercano.

La globalización que solo atendió a la libre circulación de dinero, mercancías e información, desatendió a la libre circulación de derechos y de las personas que los precisaban y así se obtubo una parcial globalización que benefició a pocos y perjudico a la mayoría. Parcial globalización que ahora habrá que desmontar, un fracaso más del capitalismo.

Ya comenté la internacionalización; el emprendimiento y la inversión son temas también delicados y bien elegidos por Conecta Industria.

La inversión en industria no suele interesar a los grandes grupos financieros porque ganan mucho más en la especulación, de ahí que haya dificultades de inversión, donde realmente se precisa, pero no interesa a los grupos que pueden proporcionarla, porque ellos no persiguen la sostenibilidad, que es en lo que nos va la vida, a todos, a largo plazo, a ellos les importa mucho más el máximo beneficio a corto plazo.

Y, en cuanto al emprendimiento, creo que un emprendedor es un aspirante a empresario o éste en ciernes. Y un empresario es un exitoso emprendedor. Consecuentemente no habrá muchos emprendedores.

Finalmente y aportando algo no escuchado en la jornada, creo que los representantes de la Administración, al menos, deberían haber tenido en cuenta sino a la Economía del Bien Común, que quizás no conozcan, si a la Economía Social, que sí conocen. Porque tienen a ASATA, por ejemplo. Y también se puede conectar industria con estas entidades e ideologías, realmente mucho más sostenibles que únicamente la empresa privada.

 No se puede basar la emprendeduría y creación de empleo solo en el capitalismo, hay ámbitos en los que éste no da buenos resultados, la prueba está en la pandemia sufrida recientemente, por ello hay que acudir a la auténtica innovación, la que nos viene impuesta por la necesidad de sostener a largo plazo nuestro planeta. Esta innovación radicará en implementar un sistema económico que haga sostenible en el tiempo nuestra sociedad y por tanto a las empresas en ellas incardinadas. Ya está demostrado que si marchamos por el mismo camino que venimos recorriendo, no llegaremos muy lejos.

Posibilidades hay y bien probadas, como la indicada EBC. Es una cuestión de voluntad política y actitud social. Esa necesaria actitud de la que hablaba algún ponente que ha de estar en el emprendimiento, avala la necesaria innovación social y empresarial y marca un camino diferente al que nos trajo hasta aquí.

Cambiar el objetivo de producir más para consumir más, para tener más beneficio es un objetivo insostenible. No lo soportará nuestra planeta mucho más tiempo. El objetivo estará más cerca de buscar las necesidades a cubrir socialmente y de forma sostenible. Esto implica un cambio en los medidores del éxito económico. El PIB no mide el bienestar social de una nación, éste lo mide el Producto del Bien Común, el PIB solo mide la riqueza acumulada en un período de tiempo y en una zona determinada, pero no dice como se utiliza y en quién esa riqueza.

Para finalizar la innovación está en la sostenibilidad

jueves, 11 de agosto de 2022

Sostenibilidad empresarial

 Ayer en la FIDMA en Gijón, Conecta Industria, organizó, muy bien y por tanto hay que felicitarles, unas interesantes mesas que compusieron varios representantes de la Administración Pública y de algunas ejemplares empresas asturianas: Izertis, Ence, Seresco, Duro Felguera, Zitrón y Edp, entre otras, bajo el título Industria 4.0 y Sostenibilidad.

Nos enseñaron su actitud ante los retos que suponen la innovación tecnológica y la, ya imprescindible, transformación digital, pero al hablar de Sostenibilidad eché de menos uno de los tres círculos que la componen y que deben concurrir para que la sostenibilidad sea tal, sino quedaría coja.

Se trataron bien los ámbitos de la sostenibilidad medioambiental y la económica, pero la sostenibilidad social, es decir, la que compete a la parte de sociedad que rodea cada empresa, bajo mi punto de vista, no quedó atendida debidamente, se obvió o yo no oí nada sobre el particular. Lapsus que no achaco a la organización, sino a los miembros de cada una de las mesas presentadas, pues ellos deberían al hablar de sostenibilidad hacerlo de forma total, no parcial.

Quedé con el mismo mal sabor de boca que cuando oí hablar de la mundialmente conocida globalización, que siempre se trató de forma parcial, porque solo se tuvo en cuenta la libre circulación de mercaderías, dinero e información, sin tener en cuenta la libre circulación de personas y sus derechos y así la globalización no fue tal; fue una globalización parcial, torticeramente parcial.

Confío y deseo que con la sostenibilidad y en esta ocasión, haya sido un olvido, no algo premeditado como en la globalización, pues entonces la sostenibilidad no será tal, será solo una mejora parcial que ataña directamente a la empresa pero no atienda a la sociedad que la rodea, con  lo que no serán realmente sostenibles las referidas empresas que la apliquen parcialmente.