Porque al neoliberalismo, le estorba la democracia para sus fines.
Tenemos desgraciadamente un país cada vez más precario, porque la gente va rota a trabajar por el miedo a la miseria. A ese despido, al que le acerca la creciente desigualdad social que empeora por días.
Esta no solo ataca el bienestar, sino que pone a la ciudadanía en riesgo de pobreza, a causa de los míseros salarios que se pagan y además los representantes y defensores de la oligarquía protestan cuando se quieren subir justamente.
Todo ello por culpa de políticas cobardes apoyadas por un sistema económico, que solo tiene un objetivo desalmado: la persecución del máximo beneficio empresarial, olvidándose de las personas y el medioambiente, solo es válido acumular dinero.
Así con ese objetivo único en este sistema económico y con las políticas cobardes que se practican, aumenta la pobreza a la par que el caudal económico de los mil-millonarios y en comparable proporción: hay cada vez más millones de pobres y mil-millonarios con más millones ¡Mira que acumular un medio de pago!
Tenemos el ejemplo de lo antedicho en los datos de las organizaciones sociales y en la "elección" de los Trump, Milei, Meloni etc. etc.
Los votantes de dichos personajes y similares deben recapacitar porque su elección ha sido nefasta, hasta tal punto que ponen en riesgo la sociedad y el medioambiente y parece que no son conscientes de ello, no parecen sufrir la precarización social a la que nos somete el sistema y las cobardes políticas sociales de dichos dirigentes.
El apoyo a los políticos neoliberales que componen la derecha y la ultraderecha, atacan directamente los derechos sociales de la ciudadanía más desprotegida, más rota y vulnerable, degradando la sanidad, la educación, el acceso a la vivienda y en fin a nuestro bienestar social que arrastran a la miseria.
Es necesario un cambio de actitud ciudadana y por tanto, de sentido del voto. Ejercer este con más raciocinio y no con visceralidad y por impulso irracional.
Es imprescindible que las Instituciones Públicas: Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y Administración Central sean más transparentes, participativas y democráticas, una democracia más directa en la que la ciudadanía tenga más peso, opinión y participación directa. No solamente la representación delegada cuatrianualmente; ésta ya sabemos que no da buen resultado, como estamos comprobando. Demasiada corrupción y defensa de intereses personales.
Es imprescindible la obligatoria transparencia en todas las Administraciones Públicas, y en los partidos políticos, con rendición de cuentas al ciudadano y más implicación de este en la política, para lograrla.
Porque hay que defender la democracia del capitalismo salvaje que practican los neoliberales y del propio sistema económico hegemónico, que no funciona, es inconstitucional y está obsoleto, al que por lo visto estorba la democracia para sus sociópatas fines: la acumulación sin sentido de dinero, a costa de la pobreza de la mayoría.