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lunes, 22 de diciembre de 2025

No defendemos los derechos del Soberano

   Que los dos tercios de CO2 (dióxido de carbono) acumulados desde 1988 lo hayan generado 100 empresas, que no son pymes precisamente, no quiere decir que todos nosotros, mindundis comparados con ellas, seamos inocentes, no. Aún sabiendo que los culpables ejecutores de semejante tropelía sean esas grandísimas empresas.

    Nuestra culpa viene de la desidia, de la comodidad, de no exigir a nuestros representantes políticos a los que votamos cada cuatro años, ni el cumplimiento de sus programas, ni la defensa de nuestros derechos básicos, personales y sociales.

   Nuestra fuerza radica en el número, la cooperación y la solidaridad entre nosotros, producto de la convivencia y el bien común, necesarios para habitar una sociedad razonable.

   Si vivimos en sociedad, quiere decir que compartimos espacio y tiempo, por tanto, ese espacio es de todos y hay que cuidarlo para todos los ciudadanos, presentes y futuros. No se pueden aprovechar de él contaminándolo, 500 personas o 1500, contra el resto sin responsabilidad alguna. Nos están robando y otras veces la cuestión llega a mayores.

    Con esta situación: Una minoría poderosa atentando contra el resto y una enorme mayoría dividida, individualista e insolidaria y sin el amparo de un Parlamento que defienda los intereses de todos, del común, de la mayoría, formamos el caldo de cultivo idóneo para el abuso y la desigualdad social tan grande que existe, que atenta contra la propia democracia. Porque ésta estorba a las élites económicas, Fondos de Inversión, Grandes Supranacionales, etc.

    En una sociedad democrática, donde el pueblo sea realmente soberano y medianamente culto políticamente, no podría tener lugar, ni la aludida concentrada contaminación tan elevada y generada por tan poca gente, ni la desatención de los políticos que elegimos para la defensa de nuestros intereses, ante quien sea.

   Hemos de ser los ciudadanos mucho más exigentes con nuestros políticos y más activos en la política. No solo participar en las elecciones cada 4 años, también exigir la defensa de los derechos atacados por empresas, gobiernos con guerras o cualesquiera otras causas que atenten contra nosotros y nuestros conciudadanos.

   Hay que ver lo mal educados que estamos, que ni organizamos debidamente nuestra propia defensa de derechos fundamentales, por ahí habrá que empezar.

    

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