La forma en que nos hemos organizado socialmente, nos está perjudicando porque no utilizamos con sentido común los órganos que creamos para ello.
Elegimos como órgano principal en el mercado a las empresas de capital, frente a las empresas de economía social y las empresas públicas.
Digo esto porque las empresas de capital persiguen como principal objetivo el beneficio empresarial y las de economía social tienen en cuenta las personas, porque son propiedad de los trabajadores y no tienen que remunerar el accionariado, al igual que las empresas públicas, que pueden destinar dicha remuneración a abaratar el precio del producto o servicio que ofertan.
Elegimos a órganos de representación: partidos políticos que siempre piden una rebaja de impuestos, sin pararnos a pensar que hay cantidad de servicios públicos que hemos de pagar todos y se supone que de forma equitativa, que no igualitaria, de ahí que pedir una rebaja de impuestos supone rebajar los servicios públicos de ejercito, policía, bomberos, carreteras y transportes públicos, sanidad, educación, vivienda, cuidados de mayores, etc. etc. ¡Hay que ser coherentes!
No pedimos a los partidos que la fiscalidad sea progresiva, es decir, que quien gane 10 no pague, quien gane 100 pague 10 y quien gane 1000 pague 100, por ejemplo y para buscar la equidad.
Las empresa de capital ganando un 60% más que hace 20 años, pagan los mismos impuestos que entonces, sobre todo las más grandes ¡Absolutamente injusto! Además paga un % mucho más alto una pyme que una gran empresa.
Y en el famoso IRPF las rentas del trabajo aportan el 85 % del total y las rentas del capital un 15% Es decir, que 300000 € en rentas del capital tributan lo mismo que 35000 € en rentas del trabajo ¡Injusto! No hay equidad.
.../... continuará, si el golpe de togas lo permite.

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